“El que es humilde, posee un tesoro”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Nosotros los seres humanos deberíamos tener como ejemplo a Jesús. Un ejemplo de verdadera humildad. Siendo Rey, escogió un pesebre maloliente para nacer, no una cuna de oro. Nació entre animales.  Eligio las piedras como almohada. Escogió a 12 personas pobres y varios de ellos que no tenían oficio como sus discípulos. Eligio a gente pobre como tu y yo para ser sus amigos, y al final escogió una Cruz para morir.

Si nosotros no seguimos su ejemplo y escogemos un hotel de lujo para hospedarnos, si queremos la mejor atención, nos rodeamos de personas ricas, poderosas y famosas, mis hermanos, nos falta mucho por aprender lo que verdaderamente es la humildad. Queremos que la gente diga: “Ahí viene el profeta” “Allá viene el Apóstol” Mis hermanos el ejemplo a seguir nos lo dio Cristo Jesús, que siendo Rey de Reyes no se dejo llamar ni proclamar Rey.

Nosotros los seres humanos queremos ser grandes, reconocidos, famosos, aplaudidos, tener posesiones y cosas, y yo me pregunto, ¿esos es ser humilde? Algunos pensaran que si, otros que no, pero solo hay que ver el ejemplo de Jesús y después meditar. Solo a Jesús le interesaba lo que decía su Padre y no la gente. Dichoso es aquel que no vive según quiere o dice la gente, solo se pregunta en su intimidad ¿que dirá Dios de mí?, eso es lo único que le interesa.

Jesús solamente aprobó el testimonio de su Padre, y le dijo a Pedro: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que esta en los cielos”.

Para qué queremos nosotros títulos que nos den los hombres, para que queremos reconocimientos, si lo que de verdad vale la pena es los títulos que me ponga y me de Dios. Todo lo que nos den aquí en la tierra, aquí se queda. Si en verdad somos humildes, realmente somos los más grandes porque lo que nos engrandece no es ni nuestra boca, tampoco la boca de los demás. Bien dice Jesús en Mateo 23, Versículo 8: “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

Mis amigos, aprendamos a ser humildes de corazón que es lo que vale, porque Dios se fija en el corazón de los humildes y desprecia a los soberbios.

Termino con las palabras del Evangelio de San Mateo, Capitulo 23, Versículo 8 que dicen: “Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.