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Batalla Electoral 2024

El reclamo de Nuñez Collado

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Mario-Rivadulla-3001“Dejen trabajar a la Junta”. Suena casi a grito angustioso que reclama con toda la inmensa autoridad de su rico historial de servicio al país, sobre todo en momentos difíciles, la voz de monseñor Agripino Núñez Collado.

Es válido y oportuno, más proviniendo de quien como el ha sido el mediador por excelencia en tantos conflictos de la más diversa naturaleza, contribuyendo por vía del diálogo a limar asperezas, desmontar posiciones intransigentes y propiciar soluciones armoniosas en situaciones que amenazaban poner en riesgo la institucionalidad y la paz pública.

No deja de generar suspicacias que a menos de tres semanas del 15 de Mayo, se haya desatado una campaña de exigencias y reclamos sobre la Junta Electoral que en algunos casos llegan a ser tan absurdas, inaceptables y hasta insidiosas que hacen legítimo sospechar que se quiere arrojar dudas anticipadas sobre los resultados de la contienda.

Lo cierto es que en ninguna otra ocasión anterior, hemos contado con un organismo electoral más laborioso, transparente y empeñado en montar unas elecciones ejemplares.

Ni ha habido tampoco ninguna junta anterior que haya contado con el nivel de apoyo ciudadano, reflejado claramente en las encuestas y el prestigio internacional de la presente, cuya eficiencia y confiabilidad le haya hecho merecedora de que gobiernos de la región hayan reclamado su concurso para sus respectivos torneos electorales.

La Junta ha sido paciente y consecuente. Pero se ha mostrado también firme en ajustar todas sus actuaciones a las normas legales, sin doblegarse ante ningún intento de presión, tanto de fuente local como foránea. Debemos apoyar ese comportamiento.

Ella ha trabajado con un elevado sentido de organización, siguiendo paso a paso el cronograma que tuvo la previsión de elaborar para el montaje eficiente y confiable del proceso más complejo que registra la memoria electoral del país. En este quedarán sometidos al voto

ciudadano todas las posiciones electivas que integran el Estado, desde la Presidencia y Vicepresidencia de la República hasta el último regidor del municipio más remoto y menos poblado del país. Más de cuatro mil cargos para los cuales competirán por sobre veintidós mil aspirantes.

Las dudas que ahora se quieren arrojar sobre el moderno sistema de votación y cómputo que será utilizado el 15 de Mayo y que, según ha asegurado el Presidente de la Junta, permitirá disponer de los resultados para todos los cargos sometidos a elección antes de las doce de la noche de ese mismo día, lo que sería un avance sin precedentes, son una penosa evidencia de la inconsistencia de algunos partidos. Esto así, tomando en cuenta que su instalación fue debidamente consensuada con los mismos.

Que haya observadores, sí. Los habrá por miles, incluyendo delegaciones extranjeras, los embajadores de los países acreditados aquí y la prensa. Igualmente el conteo a boca de urna, cuya eficiencia en procesos anteriores se ha acercado al 100 por ciento de los resultados finales. Conteo manual también, no en 3 ni el 10 sino el 15 por ciento de los colegios, tal como dispuso la Junta. Pero nunca volver a la etapa superada del palito, que sería como el regreso a un retorno de turbulencias, incertidumbres y sospechas de fraude. Como tampoco no a intentos injerencistas y a exigencias que serían una suplantación de las facultades que por derecho e imperativo de ley son privativas y de la exclusiva competencia del organismo electoral.

Haciéndole coro a monseñor Agripino vale repetir ¡Dejemos trabajar a la Junta!

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