El tenis playa busca su espacio en las costas de Latinoamérica

Nacido hace más de dos décadas en Italia, el tenis playa vive hoy una época dorada gracias a la expansión vivida en los últimos años y al reconocimiento otorgado en 2010 por la Federación Internacional de Tenis (IFT, por sus siglas en inglés), un paraguas que da alas a este deporte para soñar con los Juegos Olímpicos.

A pesar de que Italia juega como rey indiscutible, cada vez son más los países que intentan abrirse hueco entre los colores verde, blanco y rojo, principalmente en América Latina, donde Brasil ocupa los primeros lugares del escalafón mundial, por detrás de los europeos.

En el cuadro masculino, el brasileño Vinicius Font está en el tercer lugar de la clasificación, mientras que en el femenino Joana Cortez y Flávia Muniz navegan en el cuarto y quinto puesto, respectivamente.

«En Brasil el deporte llegó en 2008 y en los últimos años ha crecido bastante. Es un deporte con mucho potencial debido a la gran cantidad de playa que tenemos», comentó Cortez.

Además de Brasil, su vecino del norte, Venezuela, pisa con fuerza sobre la arena del ‘Beach tennis’, donde su presencia ocupa gran parte de las pistas del Abierto de Tenis Playa de la isla caribeña de Aruba, que finaliza hoy con los italianos como claros favoritos.

El país suramericano cuenta con clubes específicos de tenis playa en Caracas, Valencia, Acarigua, Barquisimeto y según Jorge Peñalver, número 16 del mundo, Venezuela tiene una cantera de jóvenes «muy potente».

«En América Latina está creciendo mucho. Comenzó en Brasil y se está expandiendo. En Venezuela hay mucho auge del ‘beach tennis’, ya tenemos tres años compitiendo en el circuito y estamos en el top 20», afirmó Peñalver, quien cayó en cuartos de final del Abierto de Aruba junto con su hermano Pedro.

Con menor peso, Argentina -la reina del pádel junto con España-, comenzó hace un año a tantear el tenis playa en su territorio, donde por el momento tan sólo hay una cancha en todo el país y sin iluminación.

«Vengo del pádel, dejé hace dos meses este deporte porque quiero dedicarme profesionalmente al ‘beach tennis’. Todos los jugadores vienen del pádel, pocos del tenis. Se asemeja bastante en cuanto a las ‘boleas’, el contacto con la pala», comentó la argentina Alin Wirth, jugadora 300 del mundo en esta modalidad.

De acuerdo con Wirth, la «buena onda», la «predisposición» y el contexto «de playa y música» va a hacer que muchos jugadores se pasen en los próximos años del pádel al ‘beach tennis’.

«Uno se la pasa muy bien», añadió Wirth, quien figura entre las 15 mejores jugadoras de pádel de Argentina.

La brasileña Cortez confía en que el deporte se expanda en los próximos años para poder aumentar la histórica rivalidad con Argentina, como ocurre en el fútbol.

También en Puerto Rico, México, Colombia y Chile el tenis playa ha empezado a ocupar la arena de sus costas y muchos consideran que apenas acaba de aterrizar.

«Llegó hace tres años y se expande con mucha fuerza. Esto no ha hecho más que empezar, creo que de aquí a diez años se va a jugar en todo el mundo», consideró el puertorriqueño Vladimir Cruz, quien disputa el tenis playa como hobby.

La puertorriqueña Beatriz Rivera se dedicaba profesionalmente al voleibol hasta que probó el tenis playa, decidió incorporar la raqueta a su equipaje y ahora es la 57 del mundo.

«Está creciendo un montón, cada año se incorpora más gente proveniente del tenis, del voleibol. Es un deporte muy familiar, muy acogedor», consideró Rivera.