Una nueva Encuesta Global sobre Inteligencia Artificial y Desarrollo Humano revela cómo el 63 % de la población mundial usa la IA
Santo Domingo.– Una nueva Encuesta Global sobre Inteligencia Artificial y Desarrollo Humano, presentada como parte de un estudio internacional, ofrece una radiografía profunda del uso actual y las expectativas futuras en torno a la inteligencia artificial (IA) en 21 países representativos del 63% de la población mundial.
El estudio, que incluye también una investigación específica sobre República Dominicana, revela datos clave sobre cómo las personas están incorporando la IA en su vida diaria y sus perspectivas para el futuro inmediato.
Uno de los principales hallazgos de la encuesta es el uso creciente de la inteligencia artificial en actividades vinculadas al desarrollo humano, tales como la educación, el trabajo y el acceso a la salud.
A pesar de que estas tecnologías son relativamente nuevas, ya uno de cada cinco encuestados (20%) reporta utilizarlas para estos fines.
El estudio también señala un fuerte incremento proyectado: en países con bajo y medio desarrollo humano, el uso esperado de la IA en estas áreas crecería del 14% actual al 66% en un año, mientras que en países de muy alto desarrollo humano aumentaría del 19% al 46%.
Este dato refleja una mayor esperanza en el potencial transformador de la IA en los países en desarrollo, donde se percibe como una puerta de entrada a nuevas oportunidades.
Este hallazgo subraya una de las fortalezas fundamentales de la IA: su capacidad de adaptarse a diferentes contextos y usuarios.
Contrario a la narrativa polarizada sobre el futuro laboral con IA, la encuesta revela una visión más matizada entre los encuestados.
Más del 50% anticipa algún grado de automatización.
Sin embargo, alrededor de dos tercios de los encuestados en países en desarrollo creen que la IA ampliará sus capacidades laborales.
Esto refleja un optimismo cauteloso, donde se reconoce el riesgo de reemplazo pero también el potencial de empoderamiento que ofrece la IA en el trabajo.
El estudio también indaga en cómo las personas perciben su agencia o autonomía frente al avance tecnológico.
En los países más desarrollados, existe la percepción de que la IA podría reducir aún más esta agencia en el futuro, mientras que en los países en desarrollo los niveles ya son bajos y no se espera una mejora significativa.
Esta diferenciación entre bienestar material y empoderamiento individual representa un desafío importante en la integración ética y equitativa de la tecnología.
Otro dato destacado es que dos tercios de los encuestados no se sienten completamente representados culturalmente por los modelos de IA actuales, lo que sugiere la necesidad de diseñar tecnologías más sensibles a la diversidad cultural.
Además, la encuesta muestra un patrón claro en torno a la confianza en la IA y sus desarrolladores:
Finalmente, el estudio destaca que en los países en desarrollo existe una relativamente alta confianza (60%) en los gobiernos para regular y usar la IA de forma efectiva, lo que abre una ventana de oportunidad para implementar políticas públicas que maximicen los beneficios de estas tecnologías.
En contraste, en los países de muy alto desarrollo humano, esta confianza es significativamente más baja (40%).
En conclusión, los resultados de la Encuesta Global subrayan que la inteligencia artificial ya está teniendo un impacto real en la vida de millones de personas, especialmente en contextos donde se buscan nuevas herramientas para avanzar en el desarrollo humano.
La expectativa generalizada es que la IA potenciará capacidades, aumentará la productividad y abrirá oportunidades, especialmente en países en desarrollo.
Sin embargo, también se evidencia la necesidad urgente de garantizar una IA inclusiva, culturalmente sensible y centrada en las personas, donde los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil jueguen un papel activo en su diseño, regulación y aplicación.