Elecciones en Buenos Aires ponen a prueba el respaldo a la gestión de Macri

Mauricio Macri

Mauricio Macri

BUENOS AIRES.- Con la mira en la campaña para las elecciones presidenciales, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, apuesta sus fichas a que los porteños respalden en las elecciones locales del domingo la gestión que encabezó en los últimos ocho años.

El líder de la conservadora Propuesta Republicana (Pro) eligió como candidato a sucederle al actual jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien hizo de los ocho años de administración macrista el emblema de su campaña.

El triunfo de Rodríguez Larreta, que parte como favorito aunque no logrará margen suficiente en primera vuelta, según las encuestas, mantendría intactas las aspiraciones presidenciales de Macri.

Julia Pomares, directora del programa de Instituciones Políticas del CIPPEC, explica a Efe que, por un lado, es la primera vez que Macri no estará en la boleta de votación de Pro como candidato, por lo que «está en juego la posibilidad de que pueda transmitir» todo el peso de su figura a su elegido.

Por otro lado, la elección «es una prueba clave para él en su aspiración presidencial» porque Buenos Aires es su distrito.

De no conservarlo, sostiene Pomares, Macri vería en peligro las posibilidades de llegar a la Casa Rosada, sobre todo después del traspiés sufrido en la provincia de Santa Fe, tercer distrito electoral del país, donde su candidato perdió el mes pasado por escaso margen.

En Buenos Aires, Macri ha apostado por un hombre de su entera confianza, que le acompañó en la fundación de Pro y que ha participado activamente en su gestión al frente del Gobierno de Buenos Aires.

En el haber, Rodríguez Larreta exhibe la imagen de Buenos Aires como una ciudad que apuesta por el medioambiente y los avances en infraestructuras y transporte, como los carriles exclusivos que componen las distintas trazas del «Metrobús» y la extensión de la red de ciclovías.

En el debe la oposición recuerda los diez kilómetros de subterráneo (metro) por año que prometió Macri y que no fueron construidos.

Las finanzas constituyen uno de los puntos débiles del legado de Macri: la deuda externa pública de la ciudad creció un 221 por ciento, pese a un aumento constante en la recaudación tributaria.

El peso de la partida de sanidad dentro del presupuesto total se redujo del 23 por ciento en 2007 al 18,1 por ciento proyectado para este año en una ciudad con 33 hospitales y 43 centros de salud que están colapsados, según organizaciones sindicales y civiles que denuncian falta de recursos y de personal.

En educación, el plan de Nueva Escuela Secundaria, rechazado por los estudiantes y los sindicatos docentes, provocó la pasada semana la toma de unos 15 colegios públicos.

La incorporación de aulas en contenedores y la falta de electricidad o de calefacción en las escuelas públicas en pleno invierno, mientras crecen los subsidios a la educación privada, han sido también motivo de numerosas protestas.

Pero la herencia más pesada que el líder de Pro dejará al próximo alcalde porteño es la vivienda.

Según el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), el gobierno de Macri ofreció 6.121 soluciones habitacionales durante sus ocho años de gestión, pero ese número representa apenas el 5 por ciento de lo que se necesita.

En Buenos Aires quedan todavía unas 400.000 personas con problemas de acceso a la vivienda, en su mayoría de sectores populares, lo que provocó un crecimiento de la población en las llamadas villas miserias, donde se hacinan unos 275.000 habitantes, según estimaciones de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).

Precisamente las villas, donde Pro ganó en las recientes elecciones primarias, son algunas de las zonas donde más se siente otra herencia de Macri: la policía metropolitana, creada por el todavía alcalde en 2010.

Tras ocho años de gestión en la capital, y enarbolando la bandera del cambio para Argentina, Macri confía en que Buenos Aires, bastión de Pro, le avale en su carrera por la Presidencia con un triunfo para Rodríguez Larreta.