El sueño de tener un techo propio se ha convertido en la pesadilla de un grupo de familias que decidió comprar apartamentos en dos torres levantadas por una misma constructora, que desde hace unos meses ha exigido el pago de un aumento hasta un 30% del precio total del apartamento, algo que no estaba estipulado en el contrato.
Pese a que las unidades están prácticamente listas, los adquirientes parecen haberse quedado sin pito y sin flauta, porque no tienen la propiedad, en vez enfrentan procesos judiciales que les están generando gastos en abogados que les resultan insostenibles