REDACCIÓN INTERNACIONAL.– Los empleados de Twitter podrán plantear sus dudas sobre la compra de la empresa por parte de Elon Musk. El empresario fundador de Tesla y SpaceX se reunirá con la plantilla el jueves, por primera vez desde que anunció su oferta para comprar la empresa por unos 44.000 millones de dólares (unos 42.000 millones de euros al cambio actual), en un momento en que la operación sigue en el aire por las dudas que el propio Musk ha sembrado sobre la misma.
Será un encuentro virtual y ha sido convocado por correo electrónico por el consejero delegado de la empresa, Parag Agrawal, según adelantan medios internacionales, que señalaba que los empleados podrán ir planteando sus preguntas al magnate a partir del miércoles.
El encuentro será moderado por Leslie Berland, la directora de Recursos Humanos y de Márketing de la empresa.
Desde que Musk anunció sus planes de comprar la compañía, la preocupación ha cundido entre los empleados de la red social. Además, sus mensajes a favor del presencialismo en la empresa (le parece bien que se teletrabaje si antes se cumplen 40 horas semanales en la oficina) encajan mal con la cultura de la empresa californiana. Los modos de Musk son conocidos y opuestos al estilo laboral de Twitter, donde además se teme que el comprador quiera trasladar de sede la compañía, como hizo con Tesla. Algunas de esas cuestiones pueden surgir en la reunión del jueves.
Los empleados no son los únicos preocupados. Entre los accionistas de Twitter hay miedo a que Elon Musk intente echarse atrás en su oferta. Los inversores desconfían de que se lleve a efecto la operación y la cotización está en torno a 37 dólares, muy por debajo de los 54,20 que se comprometió a pagar el hombre más rico del mundo.
El propio Musk ha sembrado dudas sobre la operación al alegar que la compañía tiene más perfiles de usuario falsos de los que ha declarado. En el mercado ha cundido la impresión de que el empresario quiere renegociar el precio a la baja, en un momento en que las cotizaciones de todas las empresas tecnológicas han caído con fuerza. Twitter, sin embargo, se mantiene firme en que Musk debe cumplir lo pactado.