HATO MAYOR.- La tragedia tocó la puerta de su humilde vivienda. Cabizbajo y aún tratando de procesar lo sucedido, Secundido Guzmán, padrastro una de las jóvenes muertas en el accidente de Hato Mayor, clama al Señor para soportar el dolor que deja en su familia la partida a destiempo de Stephany Castillo.
Aunque Castillo no llevaba su sangre, la relación entre ambos se trazó de una manera tal que la adolescente de 15 años, que soñaba con convertirse en abogada, se convirtió en «más que una hija» para él.
«Estamos destruidos, esperando que el señor nos de la fortaleza para soportar este dolor. Esto es increíble», dijo con una voz pausada que deja al desnudo la tristeza que embarga su ser.
Al definir a Castillo como una joven que «todo el tiempo estaba contenta», a Guzmán ahora solo le queda recordar que soñaba con llegar a «viejito» para que esa hija que la vida le regaló, «lo cargara de aquí para allá».
En el mortal accidente, que se registró pasada las seis de la mañana de este martes cuando una patana impactó el autobús, también murió otra adolescente de 17 años identificada como Alexandra Prevé, mientras otros 14 estudiantes resultaron heridos.
De acuerdo con el padre de cuatro alumnos que se encontraban a bordo del minibús, el conductor de la patana conducía a alta velocidad al momento que el vehículo escolar se encontraba estacionado frente a su casa.
El director del Hospital Leopoldo Martínez, Jesús de la Cruz, indicó que de 14 pacientes, siete presentan estado crítico y fueron trasladados al Hospital Regional Antonio Musa, mientras que dos fueron despachados a sus casas.
Cruz explicó que otros cinco pacientes, entre 7 y 14 años, permanecen ingresados, con traumas craneoencefálicos entre leves y moderados.
La directora del centro educativo explicó que era la primera ronda del autobús y llevaba a bordo 32 estudiantes.
Aunque inicialmente el conductor de la patana se dio a la fuga, Ismael Matos, de 24 años de edad, se entregó a las autoridades en horas de la tarde.