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En defensa de la soberanía y la democracia venezolana

Las recientes declaraciones del presidente Obama de EE UU, apoyando las manifestaciones fascistoides de sectores burgueses y de clase media venezolanos, unidos a grupos paramilitares infiltrados desde Colombia, vienen a reconfirmar que su gobierno hace parte del perverso plan de desestabilización contra el proceso bolivariano, sus conquistas sociales y la soberanía venezolana; orquestado por su propio gobierno, el Estado terrorista colombiano, el MOSAAD de Israel y la derecha fascista venezolana, en la que con roles distintos participan Leopoldo López y Henrique Capriles Randolski.

La guerra económica  (sabotajes económicos, sustracciones de grandes sumas de divisas al sistema estatal, desabastecimientos inducidos, confabulaciones del capital privado con funcionarios corruptos…) y la guerra mediática se combinan con intensas y continuas movilizaciones violentas de sectores políticos y sociales ganados por la ideología nazi-fascista, acompañadas de programas paramilitares y de eventuales conspiraciones militares.

Esta ofensiva contrarrevolucionaria se aprovecha de evidentes debilidades políticas del gobierno de Nicolás Maduro que ha retrasado las acciones anticapitalistas para golpear a muerte el capital en Venezuela y todavía no ha garantizado el abastecimiento de los mercados de consumo masivo, golpeando a los especuladores donde más le duele, con la expropiación de sus bienes sin compensación alguna.

Las fuerzas sustentadoras del proceso bolivariano venezolano a nivel político y social, además de corregir errores y desvíos evidentes que le sirven de caldo de cultivo a la sedición, están en el deber de defender con el despliegue de sus fuerzas políticas, sociales, culturales y militares la soberanía, la democracia y las conquistas logradas.

Están en el deber de enfrentar con energía la sedición neo-fascista apadrinada por EEUU, potencia que por demás se apresta a intervenir militarmente en el momento oportuno.

Necesitan movilizar al máximo pueblo trabajador y a los/as pobres favorecidos con el rescate de la renta petrolera para planes sociales, corregir fallas, superar definitivamente la ineficaz política de conciliación de clase, la tolerancia frente al fascismo descarnado y la contemporización con el gran capital privado,  para así profundizar sin contemplaciones el proceso en dirección anticapitalista.

Nosotros/as, como Izquierda Revolucionaria-IR, como pueblo dominicano, estamos en el deber de defender la continuidad y radicalización del proceso bolivariano, la soberanía de ese país hermano y las conquistas su pueblo bestialmente empobrecido en el pasado por los mismos que ahora procuran volver a ese pasado ignominioso y recolonizar esa Nación; y sometido ahora a una violencia destructiva de  las fuerzas fascistas. ¡Hacia atrás, jamás; hacia adelante siempre! (26-02-2014)

 

 

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