El PLD cometería un suicidio político si sus legisladores consiguen neutralizar la instancia elevada por la Procuraduría de la República ante la Suprema Corte de Justicia contra el ingeniero Felix Bautista, a quien acusa de enriquecimiento ilícito y lavado de activo procedente del narcotráfico, entre otros graves delitos. Se trata de un expediente muy grueso y detallado que revela toda una red de manejos turbios que deben ser ventilados en la justicia. Un partido democrático, comprometido con la decencia pública, no debe asumir la responsabilidad por aquél que está obligado a rendir cuentas de sus actos.
La defensa irracional del senador y secretario de Organización del PLD que ha tomado cuerpo en sectores de la prensa y el Congreso y la embestida de esos grupos contra el procurador de la República por la acción judicial, podría tener resultados catastróficos para el gobierno, el partido y el Congreso, si esos afanes prosperan, propinando un zarpazo mortal a la lucha contra la corrupción que se ha emprendido con esta acción. El alegato de que el procurador actúa movido por el resentimiento contra el acusado por no haberle apoyado en sus aspiraciones políticas, es tan infantil, como ridícula, lo que agrava la situación del legislador.
Más disparatado es el argumento de que con la acción a quien se trata de dañar ex al expresidente Leonel Fernández, porque cada quien es dueño de sus actos en el ejercicio de una función pública y si el ex mandatario llegara a verse involucrado en el proceso, por sus vínculos con el principal acusado, lo lógico sería que su situación se ventilara en los tribunales, sin importar su condición de líder del partido oficialista, porque ni él, ni nadie, está por encima de la ley y la Constitución. El expediente enviado a la Suprema por la Procuraduría constituye una muestra de que en el PLD no todos son iguales y que hay allí mucha gente decente que respeta a la nación.