Santo Domingo.- Desde marzo de 2021, los aviones oficiales Falcon y Airbus del Gobierno y la Casa Real de España han aterrizado en la República Dominicana 118 veces, sumando 59 vuelos de ida y vuelta. Este país caribeño se ha convertido en el destino fuera de la Unión Europea, exceptuando Estados Unidos, con más llegadas de aeronaves oficiales españolas, incluso superando a países como Canadá y Colombia, reporta The Objective.
Según fuentes oficiales, República Dominicana se utiliza como punto de escala en muchos vuelos que no tienen como destino final la isla. Sin embargo, el motivo de esta selección recurrente no ha sido aclarado. El Estado Mayor del Aire admite no contar con un convenio especial para el suministro de combustible en República Dominicana, y algunas escalas se extienden durante más de seis horas.
La oposición, liderada por el Grupo Popular, ha planteado repetidas preguntas al Congreso de los Diputados sobre el uso de estas escalas. En la mayoría de las ocasiones, el Gobierno ha evitado proporcionar información detallada, limitándose a señalar que solo cuatro vuelos tuvieron como destino final la República Dominicana: dos realizados por el presidente Pedro Sánchez y el rey Felipe VI para asistir a la Cumbre de Países Iberoamericanos, y dos más por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
El uso intensivo de los Falcon y Airbus ha generado preocupación por su impacto ambiental. En los últimos tres años y ocho meses, estos vuelos han consumido 35,5 millones de litros de queroseno y emitido el equivalente en dióxido de carbono a lo que generaría un automóvil durante 9.222 años. Cada hora de vuelo del Falcon tiene un coste estimado de 6.000 euros, mientras que las emisiones de CO2 por cada 60 minutos de vuelo equivalen a las de un ciudadano europeo promedio en tres meses.
El portal de seguimiento falcondespega.com ha registrado más de 5.300 vuelos de Falcon y Airbus desde marzo de 2021, de los cuales 2.549 no cuentan con registros verificables en la agenda oficial. República Dominicana ocupa el quinto lugar en destinos internacionales tras Bélgica, Portugal, Polonia y Francia.
La elección de República Dominicana como escala ha suscitado dudas, especialmente cuando existen otros destinos más cercanos o estratégicos. Además, la falta de información clara sobre el propósito de estos vuelos alimenta las críticas de la oposición, que exige mayor transparencia.
El alto coste ambiental y económico de estas operaciones plantea la necesidad de revisar los criterios para seleccionar puntos de escala y optimizar los recursos estatales en futuros desplazamientos oficiales.