Por Víctor Manuel Grimaldi Céspedes
Era mediados de 1993 – el tiempo ha transcurrido como si nada -, y luego de conversar en Palacio con el Presidente Joaquín Balaguer conseguí su visto bueno para que él diera su apoyo a un proyecto de celebrar en Santo Domingo un seminario internacional sobre los procesos de integración.
La Unión Europea era una realidad que había de formalizarse el 1 de noviembre de 1993, y el presidente George Bush, el padre, había promovido desde 1990 el proyecto de un mercado integrado desde Tierra del Fuego en el Sur de América hasta el Canadá.
La República Dominicana, ocupando la parte oriental de la Isla de La Española, estaba en 1993 desvinculada de algunos proyectos que se gestaban en los grandes centros del poder mundial, si bien el presidente Balaguer era consciente de la importancia de las relaciones internacionales y asistía cada año a las Cumbres Iberoamericanas iniciadas en 1991 en Guadalajara, México.
De Europa y América -en nuestro proyecto de seminario- llegarían a Santo Domingo especialistas y técnicos en estos temas de la integración en boga. Asimismo, proponíamos como posibles invitados un listado de empresarios y políticos europeos y norteamericanos, además de los compatriotas hispanoamericanos.
Un punto importante del seminario había de ser Haití, nuestro vecino que ocupa la parte occidental de la Isla donde existe la República Dominicana en su lado oriental.
Una importante firma de abogados de los Estados Unidos que iba a servir de consultora para este proyecto de seminario nos advirtió que había que descartar la idea que teníamos en razón de que las nuevas autoridades instaladas en su país recientemente no querían ningún trato con el presidente Balaguer con relación a Haití y el tema del seminario relacionado con los procesos de integración.
Así se produjo el aborto de este proyecto interesante, de cuyos lineamientos conservo copia y en original fueron entregados al presidente Balaguer.
Recordamos que en 1994 se produjo la primera invasión militar norteamericana de las dos más recientes ocurridas durante la actual generación en tierra de La Española. Ocupación que hubo que repetirla después y se mantiene ahora bajo la sombrilla de un contingente multinacional.
En estos veinte años han ido cayendo cada vez más cargas sobre el pueblo dominicano. Como plagas abundan las insalubridades, el narcotráfico fronterizo, el desempleo que azota a los criollos desplazados por los extraños y otros males que agobian a la Isla Secuestrada.