Davos (Suiza).- El mundo experimentará un mayor aumento en el precio de los alimentos en los próximos diez a doce meses si no se resuelven problemas como la escasa oferta de fertilizantes, la caída de la producción por sequías en varios países y el bloqueo de la salida marítima de granos de Ucrania, dijeron hoy expertos en el Foro Económico Mundial de Davos.
Si no se consiguen reanudar las salidas de cargamentos de cereales y otros productos agrícolas desde el puerto de Odesa, en Ucrania “estaremos ante un problema complejo porque los depósitos pueden estar llenos, pero si no hay barcos que los transporten podremos ver situaciones de hambre alrededor del mundo”, anticipó el jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley.
“Se puede imaginar lo que sucede cuando el país que es el proveedor de pan del mundo, que es capaz de alimentar a 400 millones de personas, está en guerra. Es una crisis absoluta”, dijo Beasley en una discusión en el Foro de Davos dedicada a plantear ideas para revertir la crisis alimentaria.
Sostuvo que el rápido aumento de personas que padecen hambre en el mundo generará más desestabilización y migraciones masivas.
En el mismo panel, el vicepresidente de Tanzania, Philip Isdor Mpango, admitió que su continente sufre de las consecuencias de “malas políticas agrícolas”, a lo que hay que sumar las consecuencias del cambio climático y de la pandemia, que aún se sienten en el tejido económico y social africano.
Entre las soluciones que planteó figuran “inversiones en proyectos de irrigación, en caminos rurales y la asignación de tierras para los cultivos”, como lo está haciendo su país, con los jóvenes entre los principales beneficiarios.
Mpango defendió la importancia de invertir en “mejorar la variedad de las semillas”, así como en “invertir en fertilizantes, lo que puede convertirse en un punto de inflexión”.
Sobre el mismo problema, el viceprimer ministro de Vietnam Le Minh Khai, opinó que el problema más importante que resolver es que “se restauren las cadenas de suministro globales”, interrumpidas o ralentizadas primero por la pandemia de covid-19 y en los últimos tres meses por la guerra en Ucrania.
Para el consejero delegado de Syngenta, Erik Fyrwald, la solución de la crisis alimentaria actual pasa por “cultivar más alimentos en menos terreno, y tenemos la tecnología que nos puede ayudar a eso”.
Consideró que el planteamiento que hace el sector privado de la agricultura permitiría a la vez luchar contra el cambio climático, ya que “podemos alcanzar un mayor rendimiento y a la vez reducir las emisiones de gases”, una tercera parte de las cuales provienen de este sector a nivel global.
El vicepresidente tanzano recordó que podría haber más lugares de suministro de alimentos si más allá de la guerra en Ucrania el mundo se interesara por solucionar conflictos olvidados, como los que desde hace varios años se desarrollan en la República Democrática del Congo, en Sudán del Sur, en República Centroafricana y, más recientemente, en Mozambique.
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