SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Música, baile, alcohol y disparos matizan el cortejo fúnebre del cantante urbano Monkey Black, asesinado a puñaladas hace 18 días en España y a quien familiares, amigos y seguidores acompañaron en un desfile de más de cuatro horas desde el Polideportivo de Los Mina, hasta el cementerio Cristo Salvador, de Santo Domingo Este.
A la 1:30 de la tarde, había salido la carroza con el ataúd del intérprete de dembow y todavía a las 5:30 no había llegado al camposanto, aunque ya decenas de personas se conglomeraban en torno al arco de entrada. A las 6:20 le dieron sepultura.
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En ese escenario, se produjeron varias trifulcas entre grupos de jóvenes y, en medio de ellos, se escucharon disparos, sin que hasta ese momento se supiera noticia de algún herido. Sin embargo, cada estruendo dispersaba a la multitud, que corría tratando de resguardarse.
Antes, en el velatorio, la Policía se vio obligada a hacer uso de la fuerza debido al tumulto que se formó en torno al féretro, pues todos querían verlo y rendirle honores de cerca y nadie desde las gradas de la instalación deportiva.
En el trayecto hacia el cementerio, el desplazamiento se hizo lento en forma extrema debido a los grupos que se formaban en torno a la marcha caravana para presenciar.
También, grupos de jóvenes amantes de la música urbana detenían el cortejo para improvisar pasos de dembow en honor al aporte del fenecido a ese género que causa sensación principalmente entre la juventud de los barrios populares.
A pie, en motores, en carros y yipetas, la multitud acompañó a Monkey Black hasta su última morada. Lo hacían con música e intercambiándose tragos de bebidas alcohólicas.