Por Aris Beltré
SANTO DOMINGO.- La Navidad en Santo Domingo fue celebrada con tradiciones y un toque de preocupación económica. En sectores como Cristo Rey, las festividades se centraron en el tradicional sancocho comunitario, mientras los residentes reflexionaban sobre los altos costos de los alimentos y las restricciones impuestas a los comerciantes.
En Cristo Rey, la tradición del sancocho fue el centro de reunión para vecinos y familiares. “Esto es una promesa que hacemos todos los años, entre vecinos y familiares, y todo el que pase está invitado”, comentó Solanyi Medina, residente del sector. Otros, como José Manuel Marte, resaltaron el valor del plato tradicional como una «sopa levanta muertos» tras las celebraciones nocturnas.
Aunque la unión predominó, muchos residentes coincidieron en que los costos de la cena de Nochebuena fueron excesivamente altos. Delta de los Santos, desde Capotillo, compartió que gastó 7,000 pesos en la preparación de su cena. «Espero que como Abinader prometió, mande los camiones de Inespre para que podamos adquirir comida más barata», señaló.
Otros, como el vendedor Garó Medina, expresaron su frustración ante la caída de las ventas debido al alto costo de los productos. «Si usted no daba 35 pesos por un plátano, no lo conseguía. Fue la noche más difícil para vender», comentó, señalando que vendió apenas 60 de las 100 teleras que usualmente comercializa.
Restricciones comerciales bajo la lupa
Además de los altos precios, los colmaderos y vendedores informales también enfrentaron las restricciones impuestas por la Policía Nacional. Raúl Fernández, colmadero de Cristo Rey, se quejó de la dificultad para trabajar bajo las medidas actuales. «Nos hacen cerrar temprano mientras los puntos de droga siguen abiertos. Es para atrás que vamos», denunció.
José Vargas, residente de Capotillo, cuestionó las normativas implementadas por el Ministerio de Interior y Policía, liderado por Faride Raful, que limita la operación de los colmados hasta la medianoche. “En Navidad, un día festivo, quieren que uno cierre temprano. Es injusto, porque es cuando más vendemos y pagamos impuestos”, indicó.
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