SANTO DOMINGO.– Mientras los inspectores de Salud, la Procuraduría y Pro Consumidor tratan de localizar a los fabricantes y distribuidores de bebidas alcohólicas adulteradas, el número de pacientes intoxicados por metanol sigue en ascenso, sin embargo, pocas personas han sido detenidas por la comercialización de esos productos.
La práctica de comercializar bebidas alcohólicas de dudosa procedencia, al margen de las casas que la producen, se ha vuelto común, de acuerdo a propietarios de colmados.
Aunque el tema se maneja con hermetismo y nadie se atreve a identificar a los proveedores, los comerciantes reconocen que se trata de un negocio en crecimiento, cuyo atractivo principal es el bajo costo, que permite maximizar sus ganancias.
Tras los fallecimientos de al menos 57 personas por consumir alcohol adulterado con metanol en las últimas semanas, Salud Pública ha alertado sobre el consumo de tres bebidas identificadas como la fuente de las intoxicaciones.
La más reciente lleva el nombre de Kapicúa, un ron fabricado por la empresa Destilados y Licores Universal que cuenta con un registro sanitario vigente, según informaron a través de un comunicado, donde alegan que la marca ha sido objeto de falsificaciones.
Hasta ahora, las autoridades han alertado además sobre la venta de alcohol adulterado en un popular coctel conocido como Monday’s y el tradicional Clerén, que por años se ha falsificado sin ninguna consecuencia
Para los consumidores, la ingesta de alcohol se ha convertido en un juego de ruleta rusa, con consecuencias letales.
En la búsqueda de los presuntos responsables de por la fabricación y distribución de las bebidas adulteradas, las autoridades han realizado múltiples allanamientos en todo el país, sin que se conozca hasta ahora la cantidad exacta de personas que han resultada apresadas.