Rememorar una entrevista con Ronald Reagan por Johnny Carson, rebosantes de inteligente picardía sin vulgaridad ni ofensas, agudiza la desolación de conservadores políticos que sufrimos ver el reino ideológico del liberalismo económico en manos de bárbaros. Muchos dominicanos vislumbramos un horizonte de incertidumbres. ¿Habrá deportaciones masivas que reduzcan las remesas? ¿Se desentenderá Trump de Haití más que Biden, empeorando las presiones migratorias y económicas para nosotros? De entre tantas incógnitas hay algunas señales positivas.Tendremos por fin una embajadora ocupándose de los intereses comunes de una agenda bilateral, llena de oportunidades, más que promover asuntos marginales como el tema LGBTQI+ o falsas denuncias de esclavismo y apatridia. Además, el encargado de América Latina en el Departamento de Estado será un expresidente del BID, Mauricio Claver-Carone, un cruzado contra el multilateralismo, enfocado en reforzar buenas relaciones con aliados democráticos y economías exitosas, como nuestro país, al que ha llamado “un oasis”. Su gestión comenzará justo cuando nuestro Gobierno se propone reemprender reformas para mejorar el ambiente de negocios y facilitar la inversión privada. Bien gestionada, la coyuntura puede resultar altamente favorable para República Dominicana. La palabra china para crisis, wei ji, está compuesta por adversidad y oportunidad, la segunda fruto de la primera. Ojalá el presidente Abinader decida bien qué hará y a quiénes creer en los meses siguientes.