Escamoteo de la memoria histórica

El silencio, el olvido, el ocultamiento de convicciones y roles, la marginación y la invisibilidad en la memoria histórica construida por la clase dominante-gobernante, afecta sobre todo a las mujeres participantes de innumerables luchas patrióticas y sociales, a humildes combatientes y a militantes marxistas, comunistas, socialistas, de izquierda, antiimperialista…

Ideología hegemónica y diseños excluyentes, se han fundido y combinado para omitir actores/as, filiaciones, fuentes de inspiración, pasajes y posicionamientos políticos en el contexto de gestas y epopeyas nacionales exaltadas solo de manera formal, neutra, incolora e inodora.

Verdades a medias, silencios y exclusiones concretas

Y volviendo atrás, remontándonos incluso al inicio de los años 20, esta sociedad –con excepción de las personas que ha leído las publicaciones del PCD- desconoce que en La Vega hubo entonces un maestro y una maestra muy queridos, que colocaron en el techo de su escuela la bandera roja de la hoz y el martillo y escribieron los primeros cuadernillos marxistas criollos: Don Pancho Soñé y Dña. Elvira García

Jottin: más que gran jurista, canciller de abril

Este artículo no agota de ninguna manera este tema crucial, mucho menos pretende abarcar todos los casos que prueban esa manera interesada de adulterar y recortar la historia.

La decisión de escribirlo estuvo estimulada por el tratamiento reciente a la figura histórica de Jottin Cury, a raíz de su fallecimiento.

Los titulares se referían insistentemente al “destacado jurista” y no  al “canciller de la dignidad”. Al abogado ilustre y no al Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno en armas del Presidente Caamaño; ni los titulares ni los reportajes de ocasión hacían referencias relevantes al intelectual que en medio de los bombardeos de la zona colonial por el ejército invasor, hacía llegar a todos los rincones del planeta la protesta decorosa de la patria mancillada con vibrante  y hermosa prosa e intensos tonos antiimperialistas.

Pensé más allá de este elocuente caso y decidí a hacer este recuento parcial que muestra un reiterado empeño desde la ideología dominante para excluir de la diversidad participante en esas gestas la cuota del rojo socialista y de la militancia comunista,  y borrar los énfasis anti-imperialistas, la impronta de izquierda y  la rebeldía antisistémica contenidas en aquellos combates patrióticos y acontecimientos revolucionarios; así como despojar unilateralmente de sus convicciones anticapitalistas y antiimperialista a una parte de sus protagonistas, capaces –al parecer- de contaminar con el despliegue de la memoria de su ejemplo, este presente infame y de trastornarle la tranquilidad  y gobernabilidad a los opresores de nuevo  y viejo cuño.

El sello de clase,  género y alcurnia en los ocultamientos

Pero hay más: la mujer dominicana -salvo en el caso de las hermanas Mirabal y algunas más de ese calibre- ha sido invisibilizada en todas esas gestas: solo los hombres aparecen en el 46, en el 49, en el 59…. mientras y limitadamente se le reconoce a la mujer sus aportes en el 65 y en los 12 años. Ni siquiera la mal llamada “labor de apoyo” o de “retaguardia”, menos aun los sacrificios anónimos en el trabajo gris y cotidiano, los aportes silenciosos y los sacrificios y sufrimientos históricamente despreciados, les son reconocidos;  mucho menos revaluados como merecen.

Pasa igual con la mujer dominicana cuando se enfocan otras luchas más remotas, como también ante casos de heroicidad que tocan a personas de poca “notoriedad” personal o política, o de ausencia en ellas de  “alcurnia” social, tipo  Rufino de la Cruz (chofer de las Mirabal), Medardo Germán (obrero y sobreviviente de la expedición del 14 de junio) y García Guerrero (héroe del 30 de mayo).

Sexo, clase, alcurnia, ideología, pesan demasiado en esta manera interesada y superficial de reseñar la memoria histórica.

Esta es otra pelea a librar contracorriente, porque la memoria histórica debe ser rescatada a plenitud y las izquierdas debidamente valorizadas.