Redacción.- Desde la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en 2018 que derribó la Ley de Protección del Deporte Profesional y Amateur de 1992, el mundo de las apuestas deportivas ha experimentado un crecimiento de gran magnitud.
En solo seis años, 39 estados, el Distrito de Columbia y Puerto Rico han legalizado el juego deportivo, y los apostadores han invertido más de 330 mil millones de dólares. Sin embargo, junto con este auge, ha surgido una serie de controversias que han afectado a atletas y entrenadores en todo el país.
En los últimos dos años, las violaciones relacionadas con el juego han alcanzado niveles impresionantes, con docenas de suspensiones y despidos en las ligas profesionales y universitarias de jugadores y entrenadores.
Uno de los casos más recientes y destacados involucra a Jontay Porter, exjugador de los Toronto Raptors, quien fue expulsado de la NBA de por vida en marzo de 2024. Porter fue acusado de revelar información confidencial a apostadores y de apostar en juegos de la NBA mientras jugaba en la Liga G.
En el del béisbol también ha sido sacudido por escándalos de apuestas. En junio de 2024, la MLB prohibió de por vida al infielder de los Padres de San Diego, Tucupita Marcano, por apostar en juegos en los que participó mientras jugaba con los Piratas de Pittsburgh. Además, otros cuatro jugadores fueron suspendidos por un año por violaciones similares a las reglas de juego de la liga.
Otro caso que generó gran impacto fue el del intérprete de Shohei Ohtani, Ippei Mizuhara, quien fue despedido por los Dodgers de Los Ángeles en marzo de 2024. Mizuhara fue acusado de robar más de 16 millones de dólares de la cuenta de Ohtani para cubrir deudas de juego, lo que lo llevó a entregarse a las autoridades y ser investigado.
Estos casos no solo se han dado a nivel profesional, sino que también en el ámbito universitario. A principios de 2024, la Universidad de Temple inició una investigación sobre actividades de apuestas sospechosas en su equipo de baloncesto masculino, mientras que, en marzo del mismo año, el presidente de la NCAA pidió la prohibición de las apuestas universitarias para proteger la integridad del deporte.
A medida que el mercado legal de apuestas sigue creciendo en Estados Unidos, las controversias relacionadas con el juego deportivo parecen no tener fin.
Con California y Texas aún por legalizar las apuestas, el futuro de este sector sigue siendo incierto, pero lo que es seguro es que las implicaciones para los atletas y entrenadores seguirán siendo motivo de preocupación.