México.- La poetisa y ensayista mexicana Coral Bracho ganó el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023, según anunció este lunes en México Vittoria Borsó, portavoz del jurado conformado por siete críticos literarios y escritores.
Bracho (Ciudad de México, 1951) resultó elegida entre 59 candidaturas de 22 países representantes de siete lenguas por «su continuada indagación en la politicidad de la poesía y el peso de la palabra escrita”, detalló Borsó en conferencia de prensa en la ciudad de Guadalajara.
El premio, dotado con 150,000 dólares, será entregado el próximo 25 de noviembre en la inauguración de la edición 37 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, considerada la más importante del mundo en español y que este año tendrá como invitada de honor a la Unión Europea.
“La poesía de Coral Bracho se pregunta por las maneras en que el mundo se descubre y nombra provocando una inteligencia sensible por parte de la instancia lectora. Su trabajo se vuelve entonces un archivo de experiencias vitales donde se piensa el olvido, la enfermedad, el dolor y la muerte”, determinó el jurado en el acta del premio.
El jurado reconoció a Bracho como una “destacada figura de una genealogía poética neobarroca” que es “esencial para la lengua continental y para la literatura mundial”.
Tras conocer el fallo, la poeta aseguró por videoconferencia que el contacto placentero con la poesía y la literatura desde la infancia es crucial para la vida, y aseguró que ninguna inteligencia artificial podrá sustituir la manera en la que los versos llegan a la sensibilidad humana.
“No sé a dónde nos lleve la inteligencia artificial, pero sé que pasará muchísimo tiempo para que llegue a donde llega la poesía», apuntó.
«Podrán copiarla, hacer simulaciones, pero lo que verdaderamente toca la poesía en el ser humano en términos de libertad, de percepción, en términos cognitivos, emotivos, difícilmente va a entorpecerlo la inteligencia artificial”, aseguró.
La autora de libros como “La voluntad del ámbar” (1998), “Cuarto de Hotel” (2007), «Si ríe el emperador» (2010) y “Debe ser un malentendido” (2018) recordó que en su adolescencia dejó su idea de dedicarse a la ciencia tras comenzar en la escritura poética que le transmitió una manera para acercarse a la “realidad emotiva” y a «la realidad del mundo”.
La obra de Bracho ha sido merecedora de la Beca Guggenheim en el 2000, el Premio Xavier Villaurrutia, en 2003, el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe, en 2011 y el Premio Coatlicue, en 2018.