España apela a la "buena fe" para cumplir el acuerdo con Irán

Foto de archivo

Foto de archivo

MADRID.– España recibió hoy con satisfacción la noticia del acuerdo alcanzado en Viena para que Irán no fabrique armas nucleares y destacó que su aplicación necesitará «la buena fe y la confianza de las partes y de toda la comunidad internacional».

«El acuerdo sienta las bases para garantizar los fines exclusivamente civiles del programa nuclear iraní», señaló el Gobierno a través de un comunicado del Ministerio de Exteriores.

El acuerdo fue alcanzado por Irán y los países del Grupo 5+1 (EEUU, Francia, China, Rusia, Reino Unido y Alemania) tras más de trece años de contencioso.

Con este acuerdo, añade el Ejecutivo, «se refuerza considerablemente el sistema de no proliferación, en particular su piedra angular, el Tratado de No Proliferación».

«España muestra su plena disposición a colaborar en la aplicación del acuerdo y exhorta a su cumplimiento cabal, única forma de restablecer la confianza en el carácter pacífico del programa nuclear iraní, teniendo en cuenta los intereses de todos los estados de la región», agrega el Gobierno.

En su condición de presidente del Comité 1737 de la ONU sobre el régimen de sanciones a Irán, España «velará por la correcta aplicación del acuerdo alcanzado» en Viena.

Además, España felicita a la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, y al resto de los negociadores por el éxito alcanzado.

«Este acuerdo nos recuerda, una vez más, que la negociación diplomática y el diálogo son la única manera de resolver los contenciosos, en particular cuando revisten la complejidad y alcance del que ha girado en torno a la desconfianza internacional hacia el programa nuclear de Irán«, apuntó el Ejecutivo de Madrid.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, declaró a los periodistas que ese acuerdo con Irán es «probablemente uno de los acontecimientos más importantes» de los últimos años.

Recordó que la sospecha de que Irán «podría ir a una bomba nuclear viene desde el año 2003», lo que ha suscitado un «enorme» temor y «recelos en la zona», tanto en Israel y en Arabia Saudí, como en otros países.

«La nuclearización de Irán hubiese supuesto la de toda la zona», porque el resto de las potencias que compiten, como Turquía o Egipto, «también hubiesen ido» a tener la bomba nuclear, según García-Margallo, quien añadió que este acuerdo «es capital» y «cambia el juego en el Oriente Medio».