Según estudios, los jóvenes prefieren consultar la IA por temor al estigma social.
REDACCIÓN.– REDACCIÓN.- La salud mental ha cobrado una visibilidad sin precedentes en el debate público contemporáneo. Si bien es indiscutible que la inteligencia artificial nunca podrá sustituir la expertise de un profesional en salud mental, es igualmente cierto que los chatbots de IA han trascendido su rol como simples herramientas laborales para convertirse en confidentes virtuales para millones de usuarios.
Esta práctica, aunque comprensible, genera preocupación entre expertos, y hasta las propias plataformas de IA insisten en buscar atención profesional especializada.
Los datos revelan un número creciente de jóvenes que prefieren compartir sus conflictos personales con algoritmos antes que con seres humanos. Las razones detrás de esta elección incluyen factores como el temor al estigma social, la percepción de mayor privacidad y la accesibilidad inmediata que ofrecen estas tecnologías.
Los especialistas en salud mental advierten sobre los riesgos inherentes de esta práctica. Según sus análisis, los sistemas de IA están programados para generar respuestas que agraden al usuario, creando una falsa sensación de seguridad y comprensión que puede ser contraproducente en casos de crisis emocional.
Las cifras globales son contundentes: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente el 5% de la población adulta mundial —cerca de 280 millones de personas— padece depresión. Esta realidad epidemiológica subraya la urgencia del tema.
Aunque una parte significativa de quienes necesitan ayuda aún no se decide a buscar tratamiento profesional, es innegable que las generaciones actuales demuestran mayor conciencia sobre la importancia del cuidado de la salud mental que sus predecesoras.
¿Pero qué nos dice la IA al preguntarle sobre qué debe hacer una persona que sufra de depresión?