REDACCIÓN INTERNACIONAL.-Reproducir a escala el océano Atlántico y los plásticos que flotan en él para saber si esa basura puede ser rastreada por satélites y, en caso afirmativo, cuál es la mejor técnica para hacerlo. Ese es el objetivo de un proyecto que ya ha desarrollado su primera fase y que tiene participación española.
Cada año se vierten al océano unos 10 millones de toneladas de plástico, pero los científicos solo saben qué ocurre con aproximadamente el 1 %. Ahora el desafío es dilucidar si el seguimiento por satélite podría ayudar a rastrear su alcance y saber hacia dónde se dirige.
Los investigadores habían trabajado con hipótesis para determinar si el uso de satélites puede funcionar en este cometido, pero ahora se ha ido un paso más allá para no tener que basarse en conjeturas.
El proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) con colaboración de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) ha pasado su primera fase y se están analizando los datos.
Las pruebas tuvieron lugar en una gigantesca instalación, que reproduce la condiciones de la cuenta atlántica, en el Instituto de Investigación Deltares (Holanda).
650 metros cuadrados equipados con generadores de olas para recrear de forma realista las que se producen en las aguas profundas de los océanos, explicó en un comunicado de la ESA, Anton de Fockert, ingeniero hidráulico de Deltares.
El plástico utilizado incluía material previamente recuperado del mar en campañas de limpieza y, para conseguir el mayor realismo posible, se introdujeron en la instalación los tipos más habituales como bolsas, botellas, redes y cuerdas marinas, cubiertos y bolas de espuma de poliestireno.
También se añadieron elementos no plásticos para imitar mejor la distribución real que se encuentra en el mar, como colillas de cigarrillos.
La primera campaña de pruebas empezó de forma sencilla, con mucho plástico flotante y sin olas, pasando a reducir la cantidad total de basura al empezar con olas suaves, para luego hacerlas progresivamente más grandes.
Los grupos científicos participantes emplearon diferentes técnicas por satélite para establecer si son válidas y, en ese caso, cuál es la mejor en la localización y seguimiento de plásticos.
La UPC usó la reflectometría GNSS, basada en las señales que emiten los satélites de navegación; el Instituto de Telecomunicaciones de Portugal y la Universidad de Stirling de Escocia utilizaron la teledetección por radar y un grupo de la Universidad de Oldenburg (Alemania) desplegó instrumental óptico.
A cierta altura de la instalación, los equipos participantes, junto con su instrumental especializado, intentaron simular las observaciones desde el espacio.
Los expertos están procesando los datos y los «resultados iniciales parecen prometedores», pero aún queda mucho por analizar, según Peter de Maagt, ingeniero de la ESA, que supervisa la campaña.
Este proyecto forma parte de una campaña más amplia sobre la basura plástica marina, apoyada por el programa Discovery and Preparation de la ESA.
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