MIAMI.- Investigadores del Instituto de Ciencias Biomoleculares de la Florida International University (FIU) descubrieron en un estudio con ratones que la proteína INPP4B protege a los obesos de la enfermedad del hígado graso, la diabetes tipo 2 y la neoplasia de próstata.
En un comunicado publicado este viernes, el FIU informó de los resultados de esta investigación acerca de la proteína inositol polifosfato-4-fosfatasa tipo II B (INPP4B), que ya se publicaron en la revista Nature Communications Biology,
El estudio pretendía determinar si dicha proteína era la clave para detener el cáncer de próstata, pero los investigadores descubrieron que era responsable de proteger de varias enfermedades asociadas a la obesidad, según la universidad.
Manqi Zhang, quien lideró la investigación como estudiante de un doctorado en Bioquímica en FIU, dijo que «todo sobre este estudio» lo sorprendió, pues «cambió rápidamente de dirección» y enseguida se hizo «mucho progreso».
El investigador notó que los ratones mutantes que no tenían INPP4B estaban más gordos con una dieta regular, lo que llevó a la investigadora Irina Agoulnik, del Instituto de Ciencias Biomoleculares del FIU, a preguntarse qué pasaría si los ratones fueran alimentados con una dieta alta en grasas.
Zhang determinó que con una dieta alta en grasas, los ratones mutantes aumentaron de peso significativamente más de lo normal y desarrollaron hígados grasos, diabetes tipo 2 y cáncer de próstata.
El FIU advirtió que se necesita más investigación para determinar si un tratamiento con INPP4B podría ser útil para las personas, pero destacó la importancia de avances en ese campo a la luz de que, según las estadísticas más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el 42,4 % de los adultos en EE.UU. son obesos.
El problema es especialmente grave para los adultos negros no hispanos, seguidos por los adultos hispanos y los adultos blancos no hispanos.
«Podemos controlar nuestra dieta, podemos salir y hacer ejercicio, pero hay ciertos factores que no podemos controlar, como el origen étnico, nuestra edad y nuestros genes», dijo el investigador.
«Así que creo que es importante estudiar esto para que podamos encontrar formas de controlar estas enfermedades en el futuro», subrayó Zhang.
Agoulnik, por su parte, está siguiendo otras vías de investigación relacionadas con INPP4B y el cáncer de mama.