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16 Abril 2024

Excúseme pero no estoy aquí

Nosotros nos creemos que somos piadosos, y a veces nos creemos superiores a los demás, y decimos: Eso no reza mucho, aquel no viene a Misa todos los domingos, y yo rezo todos los días y voy a Misa todos los domingos.

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Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Nosotros nos creemos que somos piadosos, y a veces nos creemos superiores a los demás, y decimos: Eso no reza mucho, aquel no viene a Misa todos los domingos, y yo rezo todos los días y voy a Misa todos los domingos.

Pero debe preguntarme: ¿Hago yo por los demás como nos manda Cristo?, o poco nos interesan los demás. Le doy de comer al hambriento, le doy refugio al forastero me apiado del cautivo, estoy al lado del que injustamente se le acusa, y así muchas otras cosas más. Quiero comentarles una cosa para que mediten al igual que yo lo hice.

Había una mujer en ese pueblo que se consideraba más piadosa que nadie. Ella no faltaba diariamente a los rezos de la iglesia de su entorno. Ella legaba a las siete de la mañana día tras día a rezar a la iglesia, no importaba si tenía catarro o fiebre allí ella estaba. Era siempre una de las primeras personas en llegar a la iglesia, y entrar a rezar. Un día se despertó mas tarde de lo normal, se había quedado dormida, eran las siete menos cuarto cuando despertó.

Probablemente no llegaría a la iglesia a la hora acostumbrada. Se vistió con su ropa media, y se peino como pudo y salió de su casa y se dirigió a la iglesia que solamente le quedaba a tres cuadras. Apenas había salido de su casa, tropezó con un viejo que venía caminando y al tropezar con él se cayó al suelo, como ella iba muy de prisa apenas le pidió perdón y continúo su alocada carrera. Una cuadra después, se encontró con una mujer la cual le pidió ayuda para poder pagar la consulta de un hospital, ella le dijo: Perdone pero voy apurada para llegar a los rezos de mi iglesia, y continuó su marcha.

Apenas se hubo cruzado con la mujer, se encontró a un niñito que le pedía un pedazo de pan, disculpa le dijo, pero tengo una cita en mi iglesia con alguien que es muy importante para mí, y ese es Dios. Cuando por fin llego a la iglesia encontró la puerta cerrada, y vio una nota clavada en la puerta que decía: Perdón por no poder asistir, pero esta mañana cuando me dirigía aquí, una señora tropezó conmigo, me caí al suelo, y no pude conseguir la plata que necesitaba para ir al hospital a curarme, ni tampoco conseguí un puco de pan para desayunar, así es que no pude llegar pues me siento mal de la caída. Así que probablemente llegue un poco más tarde y la firmaba Dios. Mis amigos que me leen. No importa cuánto hagamos, no hagamos muchas cosas porque una de ellas o varias de ellas no van a estar completas. Hagamos poco pero completemos lo que hacemos. Termino con el Versículo 12, del libro de los Proverbios Capítulo 14 que dice: “A uno su camino le parece recto, pero al final le conduce a la muerte”. Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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