LA HABANA.- El grave incendio industrial que impactó depósitos de petróleo en la provincia de Matanzas (occidente de Cuba) arrojó niveles de contaminantes «bajos», según evaluaciones de especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) divulgadas este domingo.
Las principales afectaciones son «a la calidad del aire, como en cualquier incendio», señaló el delegado del Citma en Matanzas, Oscar García Martínez, en declaraciones reproducidas por la web estatal Cubadebate.
El fuego, que comenzó el pasado 5 de agosto y se declaró liquidado una semana después, levantó una enorme columna de humo oscuro y espeso producto del fuego en varios tanques de combustible.
Esa situación encendió la alarma ante la posibilidad de que provocara una contaminación ambiental con efectos nocivos para la salud humana.
El experto del Citma explicó que durante los días que duró el fuego se estableció un sistema de vigilancia de los principales gases contaminantes que arrojó que los niveles medidos «fueron bajos, no comprometen la salud humana».
«Todo indica que lo ocurrido en la etapa de incendio no parece que haya comprometido algún aspecto de cara al futuro», apuntó y de todas formas, dijo que continúan las investigaciones científicas y «de conocer alguna novedad la informamos».
Indicó que esperan tener el próximo septiembre una evaluación del impacto ambiental en la cual explicarán los resultados más recientes y «si algún indicador da alterado, lo analizaremos y le daremos seguimiento».
El especialista refirió que muestreos en la bahía de Matanzas, cercana a la zona industrial donde ocurrió el desastre, «corroboran desde lo visual y la contaminación que ahora mismo no hay daños».
Señaló que «nunca habíamos vivido un derrame (de crudo) asociado a un incendio», y las investigaciones sobre sus efectos abarcan aspectos relacionados con el suelo, las producciones agrícolas, rastros en la leche del ganado, una serie de elementos para conocer la magnitud real del impacto del siniestro, el de mayor envergadura registrado en la isla.
Esta etapa de análisis prevista para dos meses, podría extenderse hasta dos años más con otros parámetros, «para volver a evaluar suelo, vegetación y cadenas tróficas», añadió.
Aunque considera que «ya el peligro pasó», porque «desapareció» el foco que provocaba el aumento de contaminantes como dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, monóxido de carbono, entre otras sustancias, en la atmósfera, por lo que estima las emanaciones están en el rango acostumbrado en Matanzas.
Cuatro de los ocho depósitos de la base de almacenamiento, la mayor instalación de su tipo en el país caribeño para recibir y almacenar crudo, ardieron completamente provocando explosiones, llamaradas de varias decenas de metros y una cortina de humo que llegó a provincias vecinas como Mayabeque y La Habana, situada a más de 100 kilómetros al oeste.
A causa de este siniestro de gran magnitud perdieron la vida 16 personas -en su mayoría bomberos-, mientras otras 146 resultaron lesionadas y 17 de ellas permanecen hospitalizadas, algunas en estado grave y crítico, según datos del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
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