México.- Un comandante de la Guardia Civil (Policía Estatal) del estado de Michoacán, oeste de México, resultó herido junto con tres de sus escoltas, al explotar una mina terrestre de fabricación casera cuando patrullaban la región de Tierra Caliente, actualmente en disputa por cuatro cárteles del narcotráfico.
La Guardia Civil informó que la explosión ocurrió la tarde de este jueves, en una zona agreste con caminos de terracería, en el poblado de Punta de Agua, del municipio de Buenavista Tomatlán, Michoacán.
Los agentes se desplazaban a bordo de una patrulla que a su paso detonó el explosivo, ocultó entre tierra y ramas de árboles.
La explosión provocó heridas a Ángel Ríos Hernández, comisario (comandante) de la Guardia Civil en la región de Tierra Caliente de Michoacán -a la que pertenece Buenavista-, así como a tres policías que fungen como sus guardaespaldas identificados como Marco Antonio Gutiérrez Jiménez, Egdar Rodríguez Alvarado y Blanca Estela Ayala León.
Los cuatro agentes de la Guardia Civil fueron trasladados por sus compañeros, en tres helicópteros del Gobierno de Michoacán, al área de urgencias del Hospital Regional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicado en Morelia, capital de Michoacán.
Las víctimas formaban parte de un operativo policial-militar que fue desplegado desde la mañana de este jueves en la Tierra Caliente, ante una serie de enfrentamientos a balazos protagonizados por sicarios de cuatro cárteles del narcotráfico, divididos en dos grupos antagónicos, en los municipios colindantes de Apatzingán, Buenavista y Tepalcatepec.
La ola de violencia provocó bloqueos a la carretera que une los tres municipios, donde fueron incendiados al menos tres vehículos. Escuelas de la región optaron por suspender las clases.
Uno de los grupos está conformado por las organizaciones criminales autodenominadas como Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras (Cárteles Unidos), mientras que el segundo por El Cártel de Tepalcatepec y Los Caballeros Templarios.
Estos grupos criminales se disputan el control de la producción y tráfico de drogas como marihuana, cocaína y metanfetamina, además de otras actividades como el secuestro y extorsión a productores de limón, ganaderos, agricultores, comerciantes, transportistas y empresarios.