En una sociedad y democrática, la disensión es parte consustancial del libre juego de las ideas y del derecho a la expresión del pensamiento sin cortapisas, pero con arreglo a la verdad y un uso correcto de los términos a la hora de describir cualquier situación, problema o circunstancia.
El desconocimiento de estos elementos tiende a generar distorsiones y señalamientos inapropiados en contra del crédito y la imagen de una persona o una institución.
En un ejercicio de ignorancia supina, que se hubiera podido evitar con una simple consulta al diccionario, la Constructora Amiama, SRL comete el desatino de pretender presentar como un “desmentido” su versión ante una información difundida en nuestros noticieros sobre una protesta de trabajadores que reclamaban el pago de salarios en una plaza comercial que se construye en Cuesta Hermosa, Arroyo Hondo.
A quien tiene que desmentir Constructora Amiama es a los trabajadores y, además, demostrarles que están equivocados en su alegato de que tenían dos meses de pagos atrasados, ya que como medio nos limitamos a cubrir un hecho noticioso.
Por una norma de buen periodismo y evitar presentar un caso de conflicto de intereses con una sola de las partes, se buscó de inmediato la versión de representantes de la constructora, quienes se negaron a hablar en cámara de la situación. Al día siguiente se decidieron a hacerlo y presentamos su posición.
Como se aprecia, no hay tal cosa como un desmentido a SIN sino la difusión de dos versiones o alegatos sobre un impasse de tipo laboral en el que NOTICIAS SIN no es juez ni parte. En el futuro y para un uso más propio del lenguaje, quienes asesoran a Constructora Amiama no deberían temer al diccionario.
Una gentil y amigable actitud hacia “el mataburros”, que no muerde y sí enriquece el léxico, hubiera permitido descubrir que desmentir tiene como acepción principal: “demostrar la falsedad de un dicho o hecho”.
SIN cubrió una protesta con muy claras y precisas declaraciones de los convocantes, lo que constituye un hecho incontrastable y no susceptible de ser desmentido, so pena de ignorar la realidad, aunque alguien por libre y tozuda determinación así se lo haya propuesto.
Los señores de la Constructora Amiama tienen todo el derecho del mundo a defenderse frente a cualquier imputación, pero además de ser precisos en el uso del idioma, deberían cuidarse de no ofender la dignidad de los obreros de la construcción, que merecen consideración como seres humanos, aunque sean humildes y carentes de apellidos sonoros.
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