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27 Abril 2024

Familiares y amigos despiden a Noriega en ceremonia íntima en Panamá

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PANAMÁ.- El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega, muerto el lunes a los 83 años, fue despedido hoy con una ceremonia fúnebre celebrada en una empresa de servicios crematorios, a la que solo asistieron sus familiares y amigos más cercanos, informó uno de los asistentes.

«Lo que se dio ahora fue el acto fúnebre, que es lo único que va a haber», dijo a Efe Rubén Murgas, uno de los asistentes al acto, y agregó que este mismo martes los restos del exgeneral serían cremados y que «las cenizas las va a tener su esposa, Felicidad».

No obstante, el abogado del exgeneral, Ezra Ángel, aseguró a Efe este martes que la cremación «se hará mañana».

Noriega, el último dictador de un régimen militar que gobernó Panamá entre 1969 y 1989, murió después de permanecer en una unidad de cuidados intensivos más de dos meses tras ser sometido a dos operaciones por un tumor cerebral benigno.

En medio del hermetismo sus restos fueron trasladados esta tarde desde el estatal Hospital Santo Tomás hasta un crematorio ubicado en la capital panameña.

Murgas, jefe de Información de la Asamblea Nacional (AN-Parlamento), declaró a las puertas de la empresa de servicios crematorios Secrersa que el acto fúnebre «fue una ceremonia muy sencilla».

«Estaba la familia más cercana, sus hijas, algunos de sus nietos» y amigos, entre ellos Murgas, quien dijo haber sido un «cercano colaborador» del exgeneral «en los últimos tiempos».

Fue «una despedida como la quiso su familia. Las cenizas las va a tener su esposa, Felicidad. Este es el único acto» que se va a celebrar, sostuvo.

Añadió que realizar el evento fúnebre «fue difícil, hasta el último momento hubo demasiados obstáculos», entre ellos un «debate sobre si se hacía una autopsia», la que finalmente, dijo, no se realizó.

Noriega, el MAN o el «cara de piña», como era conocido por las marcas que le causó la viruela, gobernó Panamá con puño de hierro entre 1983 y 1989.

Asimismo, fue reconocido agente de la CIA especializado en operaciones de contrainteligencia y sus detractores le acusaban de participar en el tráfico de drogas y en el contrabando de armas.

El otrora «hombre fuerte» fue derrocado en 1989 por una cruenta invasión de tropas de EE.UU. y pasó más de 20 años preso en ese país y en Francia por narcotráfico y lavado de dinero.

Noriega fue extraditado a Panamá por Francia el 11 de diciembre de 2011 y recluido en una cárcel cercana a la capital panameña, para purgar más de 60 años de prisión por la muerte del militar opositor Moises Giroldi y por la llamada «Masacre de Albrook», en 1989, cuando murieron nueve militares que intentaron derrocarlo.

Allí permaneció hasta el pasado 28 de enero, cuando le fue aprobado un arresto domiciliario para prepararse para la operación, de la que nunca se recuperó.

«Con mi corazón, bajo el nombre de Dios, no tuve nada que ver con la muerte de ninguna de estas personas», declaró Noriega el pasado 27 de enero, por primera y única vez ante un juez en su país, y proclamó su inocencia de los cargos de asesinato por los que fue condenado en ausencia mientras purgaba cárcel Estados Unidos y Francia.

Le sobreviven su esposa Felicidad Sieiro y sus hijas, Thais, Lorena y Sandra, esta última fue diputada del Parlamento Centroamericano de 2009 a 2014.

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