Santiago de Chile.- Las políticas públicas para responder a la pandemia de la covid-19 en América Latina son una oportunidad para impulsar una reactivación económica sostenible y, al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia climática, informó este viernes la FAO.
La conclusión está contenida en una nueva publicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza para la Resiliencia Climática Rural en América Latina y el Caribe, realizada en asociación con la Fundación Futuro Latinoamericano.
«Aunque la pandemia de la covid-19 y la crisis climática difieren en sus causas, ambas afectan a los sistemas agroalimentarios y a los medios de vida rurales, y requieren soluciones conjuntas», dijo Ignacia Holmes, oficial de Agricultura Sostenible y Resiliente de la FAO, según recoge el comunicado.
El estudio dado a conocer de forma virtual y titulado «Sinergias y trade-offs entre las políticas de rescate y recuperación económica frente al COVID-19 en América Latina», analiza interacciones entre la recuperación y la resiliencia climática en sistemas agroalimentarios, desde un enfoque de políticas públicas.
En concreto, el documento sintetiza los resultados de un estudio que analizó 11 tipos de políticas públicas de rescate y recuperación económica en el contexto de la covid-19.
Como resultado, el informe recomienda una transición desde modelos convencionales en la agricultura hacia prácticas que integren la biodiversidad, la gestión sostenible de los recursos naturales y la restauración de ecosistemas, «medidas que podrían implementarse junto a las acciones de recuperación del impacto de la pandemia».
«Las experiencias a nivel global avalan este enfoque: por cada dólar invertido en la restauración, por ejemplo de bosques degradados, se pueden obtener entre 7 y 30 dólares en beneficios económicos», precisa la FAO en un comunicado.
El documento también indica que las políticas de rescate y recuperación podrían estar condicionadas a la adopción de prácticas agrícolas resilientes.
De esta manera, la asistencia financiera y técnica, por ejemplo, podría priorizar prácticas sostenibles, enfocándose en la diversificación de suelos, la restauración de ecosistemas y el buen manejo de recursos hídricos, entre otros.
Otra de las recomendaciones de la FAO es la incorporación de medidas para enfrentar el cambio climático y sus impactos aprovechando innovaciones tecnológicas.
Esto incluye métodos para producir energía de biomasa a partir de desperdicios de alimentos, la gestión del estiércol, el aprovechamiento de energías renovables y el riego por goteo.
En el marco de la acción climática, la FAO informó de que presta asistencia en la región para «avanzar hacia una agricultura más sostenible, resiliente e inclusiva».
Asimismo, el organismo es parte de iniciativas de articulación regional como la Plataforma de Acción Climática en Agricultura de Latinoamérica y El Caribe (PLACA).
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