¡Ya sabíamos que Faride no iba a ser una diputada más y que iba a hablar siempre en voz bien alta! ¡Ya sabíamos que no sería infiel a su conciencia! ¡Ya sabíamos que Faride, auténtico valor de nuestra mejor ciudadanía, sería consecuente con los intereses de quienes la eligieron! ¡Ya sabíamos que Faride no hablaría a nombre de ningún liderazgo partidista que no sea consecuente con las legítimas demandas de este pueblo! (Y es por todas esas razones, más que valederas, que sus “compañeros” del PRM la dejaron sola, mientras era agredida cuando denunciaba enérgicamente el sospechoso y abusivo entuerto de Punta Catalina y a quienes lo apañan).
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