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27 Abril 2024

Fe y Vida: “Amor de Padre”

Ray Ortega.

Ray Ortega.

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Hay un Versículo en la Biblia que dice: “Que Padre si su hijo le pide un pan le dará un escorpión”. Yo vivo convencido que la gran mayoría de los padres quieren lo mejor para sus hijos, claro que de todo hay en la viña del Señor, hay padres buenos y algunos otros que no son tan buenos.

Llegó a mis manos una corta historia, que no se por quien fue escrita, pues no dice el nombre del autor, pero que he querido compartir con todos ustedes, porque tiene un bello mensaje del amor de un padre, y que lleva por título: El Padre no desiste, y dice así: “Había un hombre muy rico que poseía muchos bienes, una gran hacienda, mucho ganado, varios empleados, y un único hijo, su heredero. Lo que más le gustaba al hijo era hacer fiestas, estar con sus amigos y ser adulado por ellos. Su padre siempre le advertía que sus amigos sólo estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían. Un día, el viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyeran un pequeño establo. Dentro de el, el propio padre preparó una horca y, junto a ella, una placa con algo escrito: “PARA QUE NUNCA DESPRECIES LAS PALABRAS DE TU PADRE”. Más tarde, llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: Hijo mío, yo ya estoy viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargarás de todo lo que es mío…Y yo sé cuál será tu futuro. Vas a dejar la hacienda en manos de los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos. Venderás todos los bienes para sustentarte y, cuando no tengas más nada, tus amigos se apartarán de ti. Solo entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que construí esta horca, ella es para ti. Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás en ella. El joven se rió, pensó que era un absurdo, pero para no contrariar a su padre le prometió que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería. El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, y así como su padres había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir: Ah, padre mío…Si yo hubiese escuchado tus consejos…Pero ahora es demasiado tarde. Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos lentos, se dirigió hasta allá y entrando, vio la horca y la placa llena de polvo, y entonces pensó: Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, pero al menos esta vez haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa. No me queda nada más…Entonces, él subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó: Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad…Entonces, se tiró desde lo alto de los escalones y, por un instante, sintió que la cuerda apretaba su garganta…Era el fin. Sin embargo, el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente, cayendo el joven al piso. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros, brillantes y muchos diamantes…La horca estaba llena de piedras preciosas. Entre lo que cayó encontró una nota. En ella estaba escrito: Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre.

Mis queridos amigos, Dios es exactamente así con nosotros, nos da muchas oportunidades en nuestras vidas, pero nosotros desgraciadamente las desperdiciamos. Escuchemos la voz de Dios, pues Él siempre nos da una nueva oportunidad.

Termino con este Versículo 7 del Capítulo 7 del Deuteronomio que dice así: “El Señor se fijó en ti y te eligió, no por ser el más numeroso de los pueblos, al contrario, eres el más insignificante, sino porque te ha amado y ha querido ser fiel al juramento hecho a tus padres”

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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