Fe y Vida: “Confusión”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Acabo de llegar de Israel, (Tierra Santa y Bendita). Tierra donde nació nuestro Señor Jesucristo hijo único de Dios, y Salvador del mundo. Ahora me encuentro en la ciudad de Miami, en la Florida, y que contraste tan diferente. En tierra Santa se comienza a respirar el verdadero sentido de la Navidad, sobre todo en Belén, pues ciertamente lo que se celebra allí es el nacimiento de Cristo Jesús nuestro Maestro y Salvador hecho Niño, y esa es la verdadera Navidad.

Estamos en el comienzo del tiempo de Adviento, que significa advenimiento, un tiempo de espera al nacimiento del Salvador del mundo, pero que diferencia más grande allá en Belén si verdaderamente se celebra el Adviento, aquí en los Estados Unidos se ha ido perdiendo ese sabor, y en vez de estar en un tiempo de espera al nacimiento de nuestro Salvador y celebrar su venida al mundo hecho Niño, lo que se ha convertido es en la espera de la llegada de Santa Claus, o Papa Noel como le conocemos en nuestros países que nos trae regalos. Se ha convertido en la espera de las fiestas, donde casi todas las personas parrandean, hacen sus comelatas, se intercambian regalos, salen los niños de la escuela en vacaciones y se ha perdido casi el verdadero sentido del Adviento y la Navidad.

Me quede yo asombrado cuando vi un anuncio de una tienda aquí en esta ciudad de Miami que decía: “La verdadera Navidad esta en las tiendas…….” Me reservo el nombre de la tienda porque no me gusta hacerle propaganda a ninguna y menos en este tiempo que verdaderamente debe ser un tiempo de espera al nacimiento del Salvador del mundo. ¿Y yo me pregunto?, si verdaderamente fuera ese el sentido del Adviento y la Navidad, el esperar para agarrar nuestro doble sueldo, para hacer una comelata en familia e intercambiarnos unos pocos regalos, que pobres e infelices fuéramos. Esperar todo un año para que todo pasara en unos poquitos días, verdaderamente eso no tuviera sentido.

Pero mis queridos hermanos, para nosotros los cristianos, los que verdaderamente esperamos el nacimiento de Cristo Jesús hecho Niño, no importa la denominación religiosa cristiana la cual practiquemos, este tiempo de Adviento y de Navidad si toman un sentido especial, porque no esperamos regalos, comelatas u otras cosas parecidas, nosotros esperamos el nacimiento de nuestro Redentor y Salvador hecho Niño, que vale más que todos los regalos del mundo.

Cuanta pena siento cuando llego a una casa y me encuentro que el Pesebre de Belén esta tan escondido y a veces tan cubierto por los regalos que a penas ni se ve. Es como si estuviéramos celebrando mi cumpleaños, o él cumpleaños de alguno de Ustedes  y nos tuvieran encerrado con llave en un cuarto de la casa mientras todos celebraban, festejaban y comían.

Ojala que este tiempo de Adviento, de espera a él nacimiento de nuestro Rey y Salvador  y esta Navidad sean para nosotros los que creemos en El, un verdadero tiempo de preparación, y que nuestros corazones sean igual que ese pesebre de Belén donde Jesús hecho Niño pueda nacer.

Los dejo con este pedazo del Evangelio tomado del Evangelio de San Lucas, Capitulo 1, Versículos del 26 al 38 que dicen así: “A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, que se llamaba Nazaret, a una joven prometida a un hombre del linaje de David, de nombre José; la joven se llamaba María. El ángel entrando a donde estaba ella, le dijo: Alégrate, favorecida, el Señor está contigo. Ella se turbó al oír estas palabras, preguntándose qué saludo era aquél. El ángel le dijo: Tranquilízate, María, que Dios te ha concedido su favor. Pues, mira, vas a concebir, darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su antepasado; reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin. María dijo al ángel: ¿Cómo sucederá eso, si no vivo con un hombre? El ángel contestó: El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso al que va a nacer lo llamarán Consagrado, Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel; a pesar de su vejez, ha concebido a un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses; para Dios no hay nada imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí lo que has dicho. Y el ángel la dejó.

Muchas bendiciones para todos, y que este tiempo sea un verdadero tiempo de espera para recibir el nacimiento de Jesús hecho Niño.

Hasta la próxima.