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27 Abril 2024

Fe y Vida: “Escuchar la voz de Dios”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Todo lo que nos pasa en nuestras vidas pasa por algo, y para algo. Yo estoy convencido que nada sucede en nuestras vidas por casualidad, además yo siempre he dicho y lo reafirmo que no creo en las casualidades, yo creo en las Diosidades, que son las cosas de Dios, y siempre resuenan en mi mente aquellas palabras que dijo San Pablo en su carta a los Filipenses: “Dios hace todas las cosas para el bien de quienes le aman”.

Pero muchas veces nosotros los seres humanos no pensamos de esa forma, y mucho menos el tratar de escuchar la voz de Dios que nos habla, y ver su mano en las cosas que nos suceden. Lo importante es que nosotros hagamos un poco de silencio y escuchemos que nos quiere decir Dios, y cerremos nuestros ojos y veamos la mano de Dios y el porqué de las cosas.

Hace unos pocos días llegó a mis manos un escrito titulado “La Roca”. Me gusto y es por eso que he querido compartirlo con ustedes y dice así: “Un hombre dormía cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseño una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Señor le pidió. Por muchos años, día a día, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas…y ésta no se movía.

Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido. Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso.

Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión. Satanás le dijo: ¿Por qué esforzarte todo el día en esa tarea imposible? Sólo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente.

El hombre pensó poner en práctica este, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro, ¿Qué pasa?, ¿Por qué he fracasado? El Señor le respondió con compasión y ternura: Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca te dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar. Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero, ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.

Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era empujar y confiar en mí. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo. Yo moveré la roca.

Mis amigos, nosotros algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios sólo nos pide confianza en Él. Debemos ejercitar nuestra fe que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Recuerda siempre, que: Cuando todo aparezca lucir mal…!sólo empuja! Cuando estés agotado por el trabajo…!sólo empuja! Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería…!sólo empuja! Cuando no tienes más dinero para pagar tus cuentas…!sólo empuja! Cuando la gente simplemente no te comprende…!sólo empuja! Cuando te sientas agotado y sin fuerzas…!sólo empuja!

En los momentos difíciles pide ayuda a Dios y eleva una oración a Él, para que ilumine tu mente y guíe tus pasos. Entrega tus miedos al Señor y pídele con una oración que Él te ayude a encontrar el camino que te conduzca a Él.

Y recuerda siempre, que si estás leyendo esto, debes dar gracias a Dios porque hay alguien que piensa en ti, y no todos tenemos ese privilegio.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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