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27 Abril 2024

Fe y Vida: “La Edad del Hombre”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Cuando me preguntan ¿cuál es mi edad? Siempre pienso con qué edad me siento, no en la que realmente tengo, pues hay muchos jóvenes que tal parece que fueran viejos, viven en otra época, están siempre tristes, se visten a lo antiguo y en fin actúan así mismo. No quiero decir con esto que debo ponerme la ropa de un jovencito, porque eso luciría muy ridículo en mi con mis años, y cada cosa en su lugar, pero si una ropa intermedio, ni muy juvenil, pero tampoco nada que me haga lucir como una persona mayor, porque verdaderamente aunque ya peino muchísimas canas pues mi cabello está totalmente blanco me siento todavía joven, pudiera decir que no tan joven como cuando tenía los 30, pero si joven para los años que tengo.

Hay una sola forma de vivir mucho tiempo y es solo envejeciendo. Es a través de los años que uno va acumulando que va adquiriendo la experiencia, y podemos sentirnos jóvenes de espíritu, pero la sabiduría que dan los años no nos la puede arrebatar nadie. La edad madura en nuestra vida es aquella en la que todavía se es joven, pero esto requiere más esfuerzo. De los disparates que cometemos cuando somos jóvenes, lo que da más  pena, no es haberlos cometido, sino el volver a cometerlos, y tenemos que estar consciente de esto como dice la canción de Julio Iglesia, el único que tropieza dos veces con la misma piedra es el ser humano. Envejecer, es pasar de la pasión a la compasión. Cuando somos jóvenes existe en nosotros la pasión, es como un fuego que nos quema interiormente, después cuando vamos entrando en años, sentimos la compasión. Hay muchos jóvenes que no llegan a cumplir los 80 años, porque se quedan en los 40 años por mucho tiempo, se quedan como estancados. Tenemos que recordar que a los 20 años., reina la voluntad, a los 30 el espíritu, a los 40, el juicio, y de 50 en adelante la sabiduría. Quien no es bien parecido a los 20, ni fuerte a los 30, ni rico a los 40, ni sabio a los 50, nunca será bien parecido, ni fuerte, ni rico, ni sabio. Ya cuando se pasa de los 60 muy poquitas cosas parecen disparates. La juventud piensa que los viejos son tontos; y los viejos sabemos que los jóvenes lo son por las cosas que hacen, y lo peor es que no quieren escuchar el consejo de aquellos que por su edad lo han vivido esas cosas. Tenemos solamente que recordarnos cuando éramos niños, con que seriedad jugábamos a las cartas, a las bolas y así a muchas otras cosas, la madurez del hombre consiste en volver a encontrar esa seriedad. Nada pasa más de prisa que los años, ayer éramos niños y ya hoy somos adultos, los años han pasado y a veces sin darnos cuenta. Cuando éramos jóvenes ardía en nuestros ojos la llama de la juventud, hoy con el correr de los años, brilla la luz, la iniciática de la juventud, tiene el mismo valor que le experiencia del viejo, Tenemos que recordar que en cada hombre existe un niño. Me recuerdo algo que leí una vez en una oficina a la cual entre que decía: La diferencia entre un niño y un adulto, es el precio de los juguetes, a un niño lo entretenemos jugando con un carrito de $100.00 pesos, a un adulto lo entretenemos con un automóvil de $50,000.00 dólares, pera ellos ese es su juguete, Cada edad tiene una conducta diferente, no podemos si somos ya entraditos en años actuar como niños, haciendo niñería, ni tampoco si somos jóvenes actuar como si fueran unos viejos.

Feliz aquel que supo ser audaz cuando era joven y feliz aquel que ha sabido ser sabio en su vejez. Bendito el viejo en quien se nota que los años han pasado, pero sólo eso: que han pasado, y que no se le han quedado ninguno.

Termino con este Verso 23 del libro del Eclesiástico, Capitulo 30, que dice así “Ante la vida, consuela tu corazón, destierra la tristeza”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

 

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