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Fe y Vida: “Llegamos a Viejo”

Un cordial saludo para todos mis queridos lectores.

Ha pasado el tiempo, los años han seguido su agitado curso, los cabellos que antes eran negros se han tornado entre negros y grises o completamente grises, ya no están aquellos padres que tanto nos aconsejaban. Nuestras fuerzas y vitalidad no es la misma que cuando teníamos 20, 30 o 40 años, poco a poco con el transcurrir de los años hemos ido perdiendo un poco nuestras facultades de pensar rápidamente de retener las cosas que ya uno poco a poco comienza a olvidar. Es que no nos queremos dar cuenta que ya los años y los problemas que trae la vida han pasado sobre nosotros, que los años y la vida vienen cargados de problemas que no son los mejores.

Aquellos niños que de recién nacidos acariciábamos y eran la niña de nuestros ojos, han crecido, se han independizado aunque para nosotros siguen siendo los bebes de la casa aunque tengan los años que tengan. Nuestros nietos ya van creciendo algunos ya tiene 9, l2 o mas años, su inexperiencia de la vida les permite soñar despiertos, es que no nos damos cuenta que nosotros fuimos iguales a ellos, iguales a nuestros hijos y nuestros nietos lo que pasa que han pasado tantos años que no nos acordamos de eso.

Eso no me molesta porque creo que cada cual tiene que vivir su vida e irse abriendo paso poco a poco, teniendo sus propias experiencias y recibiendo sus propios golpes pues ellos nos enseñan aunque la mayoría de las veces son muy dolorosos. Lo que si me molesta es que me echen a un lado, como algo que ya no sirve, como algo anticuado, como algo que ya estorba, lo que me molesta es que me digan abuelo es que ahora vivimos otros tiempos, si es muy cierto que los tiempos han cambiado un poco, hay mucho mas electrónica, computadoras modernas, teléfonos celulares y otras muchas cosas mas, pero las reglas de moral, la educación de la casa y la que deben enseñar los padres, siguen siendo las mismas aunque el tiempo haya pasado. Tenemos que recordar siempre que lo que esta mal esta mal aunque lo hagan todos, y lo que esta bien esta bien aunque no lo haga nadie, las reglas de educación moral que ya muchas de ellas se han perdido, y por muchos años que pasen siempre serán las mismas.

Quiero contarles una historia que me dijo un hombre una vez cuando yo era joven y el ya habia entrado en años, pero que nunca se han borrado de mi mente. A lo mejor ya hace algún tiempo se las conté, pero bueno, lo que se repite y es bueno se tiene que guardar en la memoria, aquel hombre me dijo: “Habia una vez un hombre ya entrado en años que vivía en casa de su hijo. La esposa del hijo no se llevaba bien con aquel hombre mayor que era el padre de su esposo, y un día decidió hablar con su esposo y le dijo que ya estaba cansada de tener a su padre viviendo con ellos, que habia que tomar una decisión al respecto, que se iba el de la casa o que ella se iría de la casa y regresaría cuando el se fuera. Al esposo no le quedo mas remedio que decirle a su papa que su esposa no lo quería mas en la casa que debía marcharse. Fue entonces al cuarto de su papa acompañado de su hijo de 9 años para ayudarle a empacar la poca ropa que tenia, pues su padre ya era mayor, agarro también una cobija y se la puso en la maleta y le dijo a su papa, que esa cobija era para que la usara cuando sintiera frío. De pronto el niño de 9 años saco una tijera y comenzó a cortar la cobija en dos pedazos, el padre mirándolo fijamente le regaño diciéndole; que el le habia dado esa cobija a su abuelo para que se cobijara cuando sintiera frío, el niño le contesto: Papa es que la otra mitad la voy a guardar para cuando tu estés viejo y yo te eche de la casa te puedas cobijar  cuando sientas frío.

Lo único que quiero es que mis hijos y mis nietos recuerden que yo también fui bebe, niño, joven y adulto lleno de ilusiones, de vida, de fuerzas, y que los años han pasado por mi.

Que recuerden que mis manos antes fuertes le dieron el apoyo que hoy ellos muchas veces me niegan.  Que mi voz firme hablo por ellos cuando no sabían decir que necesitaban. Que yo puse toda mi atención a sus primeras palabras, las que ellos dijeron, las cuales eran casi incomprensibles y ellos muchas veces hoy día no quieren escuchar las mías porque dicen que son pura tonterías.

 

¿Por qué no recordar que la vida suele ser como un espejo…devolviéndote lo que le das? Los viejos que te rodean hoy, fueron una vez igual a lo que tu fuiste, a lo que eres y a lo que serás.

Los dejo con este pedazo tomado del Libro del Eclesiastés, Capitulo 3, Versículos del 1 al 7 y dicen así: “Escuchen hijos míos, el reproche de su padre, háganlo y se salvarán; pues el Señor hace que los hijos respeten al padre y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos, y cuando resé, será escuchado; el que honra a su padre tendrá larga vida, el que obedece al Señor honra a su madre; el que respeta al Señor honra a los padres y sirve a los que lo engendraron.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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