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Fe y Vida: “Los Temores que trae la Vida”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

No es fácil el vivir, pues el vivir la vida nos trae sus propios temores. No me he encontrado todavía en mis muchos años de vida que tengo a ninguna persona que no le tema a algo en su vida, o que no tenga sus propios temores. Hay quien le teme a un animal u otro, hay quien le teme a perder su empleo, a otros les da temor el tener muchas deudas, hay muchos que temen a perder su hogar, a perder lo poco que tienen, y hay otros que temen a dos, tres o muchas más cosas en su vida. A lo mejor porque crecimos con ellos, o quién sabe si los hemos adquirido después cuando ya somos mayores, pero lo cierto es que todos, pero todos  tenemos algunos temores en nuestra vida.

El temor, es un sentimiento de inquietud y angustia que mueve a rechazar o a tratar de evitar las cosas que se consideran peligrosas o arriesgadas.

Hace unos días llego a mis manos un texto que escribió Ernest Hemingway, escritor de la novela Adiós a las Armas en el 1929, y autor de la película El Viejo y el Mar, en 1952. El cual nació el 21 de Julio de 1899 y pasó a la vida eterna el 2 de Julio de 1961 en su hogar de Ketchum, en el estado de Idaho, en los Estados Unidos. Texto que el titula: Temores, y que dice así: Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo. Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso cuando no lo intento. Temía lo que la gente opinaba de mí hasta de que me di cuenta que de todos modos opinan. Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo. Temía el dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras. Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo. Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo. Temía a hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. Temía al pasado, hasta que comprendí que es solo mí proyección mental y ya no puede herirme más. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar. Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos sentimos desfallecer, no olvidemos que al final siempre hay algo más. Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado. 

Mis queridos amigos, Ernest Himingway estaba muy consciente de que el vivir traería sus propios temores, lo cierto es que debemos sobrepasarlos o por lo menos el tratar a lo largo de esta vida, que todos tenemos nuestros temores, es cierto unos u otros, pero es solo confiando en Dios y en nosotros mismos que vamos a sobrepasarlos.

Termino con el Versículo 33, del Evangelio de San Juan Capitulo 16 que dice: “Les he dicho estas cosas para que gracias a mi tengan paz. En el mundo tendrán apuros, pero ánimo yo he vencido al mundo”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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