x
Batalla Electoral 2024

Fe y Vida: “Mis Problemas”

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Quisiera encontrarme a alguien que no tenga problemas en esta vida. Unos en la calle, otros con su jefe en el trabajo, muchos con el sueldo que devengan que no les alcanza para vivir, otros con el auto que tienen o la casa que compraron, y así pudiéramos seguir mencionando los problemas que tenemos y la lista sería interminable.

Pero hay una cosa que es muy cierta y que tenemos que aprender y es a dejar los problemas a un  lado, especialmente a no traerlos a nuestro hogar, pues esto lo único que nos ocasionan es más problemas, además del que tenemos.

Yo soy una persona que vivo la vida reflexionando, y aprendiendo de las historias que me envían, siempre he dicho que nadie sabe tanto para no aprender algo y que nunca es tarde para aprender, no importa la edad que tengas, no lo sabemos todo.

Llego a mis manos hace días algo que quiero compartir con Ustedes y se titula “El Árbol de los Problemas” y dice así: “El carpintero que había contratado para ayudarme mi vieja granja, acababa de finalizar un duro día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa en mi automóvil permaneció en el más absoluto silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.

Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Luego me los presento,  posteriormente me acompaño hasta el coche. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que le había visto hacer un rato antes. Oh ese es mi árbol de los problemas, contestó. Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura, los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa e hijos. Así que simplemente, cada noche cuando llego a casa, le digo al Señor, te dejo colgado mis problemas en este árbol. Ayúdame por favor, Señor, a afrontarlos de la manera más adecuada. Luego por la mañana los recojo otra vez diciendo. Señor recojo nuevamente mis problemas. Ayúdame por favor a resolverlos. Lo maravilloso es, dijo sonriendo, que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior, gracias a Dios.

Mis queridos amigos, aprendamos a dejar nuestros problemas, bien sea en el trabajo, en la calle, o en  donde hayan sucedido, pero no los traigamos a la casa, recordemos siempre que nuestros problemas no hay porque traerlos a la familia.

Termino con el Salmo, Capitulo 5, Versículos del 2 al 4 y dicen así: “Señor,  escucha mis palabras, percibe mi murmullo, has caso de mis gritos de socorro, Rey mío y Dios mío. A ti te suplico, Señor;  por la mañana me escucharás, por la mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

Comenta con facebook