SANTO DOMINGO.- La Iglesia Católica da inicio al periodo de cuaresma con la eucaristía y aplicaciones de ceniza en la frente de los creyentes cristianos.
La palabra ceniza, que proviene del latín «cinis«, representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La ceniza surge de las palmas que fueron bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior y le recuerda al cristiano su origen y su fin: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Gn 2,7); «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Gn 3,19).Durante la imposición de la ceniza el sacerdote pronuncia una de las siguientes frases, con el fin de recordar que la vida en la tierra es efímera y que la vida definitiva se encuentra en el cielo:
“Recuerda, que polvo eres y en polvo te convertirás”.
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”.
¿Cómo funcionan el ayuno y la abstinencia?
Tanto el Miércoles de Ceniza como el Viernes Santo son los días de ayuno. Según la doctrina religiosa, sólo se puede hacer una única comida al día y tampoco se puede comer carne, es decir, se practica también la abstinencia.
El ayuno es obligatorio, siempre conforme a las instrucciones de la Iglesia, para los mayores de 18 años y menores de 60. La abstinencia de comer carne es desde los 14 años, y rige todos los viernes de Cuaresma. En la tradición latina, no obstante, se da mucha libertad para que cada fiel escoja su forma de hacer ayuno, oración y limosna.