x

Fernández cumple tres años de Gobierno sin cambiar rumbo marcado por Kirchner

Imagen sin descripción

Cristina Fernández

BUENOS AIRE, Argentina.- La presidenta argentina, Cristina Fernández, cumplirá este viernes tres años al frente de un Gobierno que ha cumplido la promesa de profundizar un modelo político y económico, con aciertos y errores, gestado por su esposo y antecesor, el recientemente fallecido Néstor Kirchner.

Fernández se convirtió en la primera mujer en ser elegida para ocupar la Presidencia argentina tras lograr un caudal de votos del 45,29%, casi el doble de los que había logrado Kirchner en 2003, y asumió al frente del Ejecutivo con una imagen positiva del 51%.

«Cristina respetó el modelo de Kirchner y las promesas de campaña, haciendo algunas cosas con un costo político altísimo, como la ley de medios y la nacionalización de los fondos de jubilación», dijo a Efe el economista Pablo Tigani, de la Fundación Esperanza.

Uno de los logros ha sido mantener el ritmo de crecimiento económico, aun frente a la crisis global desatada en 2008.

Argentina se expandió el 7% en 2008, el 0,9% en 2009 y cerrará este año con un crecimiento del 9%, gracias a exportaciones de base agraria competitivas, recomposición industrial, estímulos al consumo doméstico, superávit fiscal primario (antes del pago de deudas) y tasas de desempleo y pobreza decrecientes.

Fernández también hizo guiños a los mercados al reabrir este año el millonario canje de deuda con acreedores privados cerrado en 2005 y anunciar recientemente el inicio de negociaciones para regularizar la deuda con el Club de París, aunque tomó otras medidas polémicas como utilizar reservas excedentes del Banco Central para pagar deudas soberanas del país.

Otro punto controvertido es el manejo cuestionado de los datos oficiales de inflación, aunque Fernández ha acudido al Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo al que muchas veces criticó, para ayudarle a dar mayor transparencia a las estadísticas.

Según Tigani, «lo negativo es la inflación», que con un enfoque heterodoxo como el de este Gobierno, es muy difícil de contener ya que «ni sueña con detener la demanda y enfriar la economía» y «la única manera de parar la inflación desde un enfoque heterodoxo es aumentando la inversión y, en este sentido, se ha renegado un poco de la inversión extranjera».

«Otro aspecto negativo es no haber calculado el costo económico de la disputa con el campo: se generó un conflicto innecesario», apuntó el economista sobre la dura pelea que estalló en marzo de 2008, cuando el Gobierno intentó imponer impuestos móviles a las exportaciones de granos.

Ese conflicto supuso pérdidas millonarias para el país por las sucesivas huelgas y cortes de carreteras impulsados por las patronales agrarias, que reúnen a unos 300.000 agricultores y ganaderos.

En lo político, la decisión del vicepresidente argentino, Julio Cobos, de oponerse a la iniciativa tributaria del Gobierno en 2008 supuso que éste pasase a convertirse de un líder opositor, hecho inédito en el país en las últimas décadas.

Además, el conflicto con el campo hizo mella en la imagen positiva de Fernández, proceso que derivó en una dura derrota electoral para el oficialismo en los comicios legislativos de junio de 2009, por la que perdió su mayoría absoluta en el Parlamento.

Con todo, de esos comicios no ha surgido un claro rival para el oficialismo de cara a las presidenciales de octubre de 2011, dado que «la oposición tiene el problema de la fragmentación, algo que es funcional al modelo del oficialismo», dijo a Efe el analista político Jorge Arias, de Polilat.

Según el experto, la bonanza económica de Argentina permitió la «consolidación de un modelo de sometimiento a las estructuras políticas con poder», fundamentalmente la del gobernante peronismo y «de otras estructuras institucionales, sean del signo político que fueren, que dependen de la caja del Estado nacional».

«En la administración de ese modelo, Néstor Kirchner demostró ser un maestro importante, que con la derecha manejaba el látigo y con la izquierda la política, y lo hizo muy bien», dijo Arias, para quien aún es una incógnita si Fernández ha sido una buena alumna de este estilo de liderazgo.

Kirchner, que tras pasar el mando a su esposa no dejó ni un minuto de estar detrás de las decisiones importantes del Ejecutivo, murió el pasado 27 de octubre, a los 60 años, de un paro cardíaco, cuando aún no había decidido si él o su esposa sería quien representaría al oficialismo en los comicios presidenciales de 2011.

Tras la muerte de su esposo, la imagen de Fernández se ha recuperado fuertemente (tiene una popularidad de más del 50%, según encuestas), entre promesas de profundizar el legado de Kirchner.

Comenta con facebook