Fidel Castro Díaz-Balart, el primogénito científico de Fidel Castro

Nacido en La Habana el 1 de septiembre de 1949, Fidelito -como se le conocía en su país- fue el único hijo del matrimonio del expresidente cubano y Mirtha Díaz-Balart, quienes se conocieron cuando Fidel estudiaba Derecho y se casaron el 10 de octubre de 1948.

LA HABANA.- Fidel Castro Díaz-Balart, primogénito del expresidente cubano Fidel Castro y que hoy se quitó la vida a los 69 años tras una fuerte depresión, dedicó su vida a la ciencia y llegó a dirigir la política nuclear de su país, una responsabilidad que lo hizo caer en desgracia con su padre durante años.

Nacido en La Habana el 1 de septiembre de 1949, Fidelito -como se le conocía en su país- fue el único hijo del matrimonio del expresidente cubano y Mirtha Díaz-Balart, quienes se conocieron cuando Fidel estudiaba Derecho y se casaron el 10 de octubre de 1948.

El matrimonio no duró muchos años y coincidió con la etapa en la que Castro fue detenido por el asalto al cuartel de Moncada (Santiago de Cuba) y posterior encarcelamiento en la isla de Pinos.

En 1954, antes de su excarcelación, su esposa le comunicó que había solicitado el divorcio y tras la separación, Mirtha Díaz Balart volvió a casarse con el abogado Emilio Núñez Blanco, y fijó su residencia en Madrid en los años setenta.

Varios familiares de la madre del primogénito de Fidel Castro habían ocupado puestos de responsabilidad en el gobierno de Fulgencio Batista o en el ala juvenil del partido que apoyaba a éste.

Fidelito vivió junto a su madre hasta los diez años.

Después de realizar estudios en su país, donde mostró gran interés por las matemáticas, se trasladó a la Unión Soviética donde se doctoró en Ciencias Físico Matemáticas por el Instituto de Energía Atómica I. V. Kurchatov de Moscú y se graduó «suma cum laude» en Física Nuclear por la Universidad Estatal M. V. Lomonosov de Moscú (1974) y su filial del Instituto Unificado de Investigaciones Nucleares (JINR).

De regreso a Cuba obtuvo un segundo doctorado en Ciencias por el Instituto Superior de Ciencias y Tecnología Nucleares de La Habana.

Además, cursó estudios de postgrado y maestrías en Reactores Nucleares, en Métodos Modernos de Dirección en la Academia de Economía Nacional adscrita al Consejo de Ministros de la ex URSS y en Dirección Integrada de Proyectos en la Escuela de Organización Industrial (EOI) de Madrid.

Desde su creación en 1980 fue secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Atómica de Cuba y de la Secretaría Ejecutiva de Asuntos Nucleares. Desde estos puestos fue el máximo responsable de la política nuclear cubana.

Durante su etapa, en 1982, se empezó a construir con tecnología y apoyo soviético la que debía ser la primera central nuclear del país, situada en Juragua (Cienfuegos), compuesta por cuatro reactores «vver-440» de 440 megavatios cada uno.

El primero de los reactores debía entrar en funcionamiento en 1991, pero la caída de la URSS obligó a paralizar su construcción en septiembre de 1992, cuando ya se encontraba al 75 por ciento de ejecución y tras una inversión de 1.200 millones de dólares.

En febrero de 1989 el hijo mayor de Fidel firmó con la URSS un acuerdo sobre supervisión y seguridad de los trabajos de la central cubana, que contemplaba el equipamiento y adiestramiento de cubanos en esta área. También firmó convenios de colaboración similares con India (1986), Argentina, México, Brasil o Irán.

Compatibilizó estas actividades en el sector nuclear con los de representante cubano ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) entre 1983 y 1992, jefe de la sección de Ciencias Exactas y Naturales de la Junta Científica Central de la Academia de Ciencias de Cuba (1984-1993) y presidente del Grupo de Coordinación de los Países No Alineados para los usos pacíficos de la Energía Atómica (1983-87).

El 17 de junio de 1992 el diario estatal Granma anunció su destitución al frente de la Secretaría de Asuntos Nucleares.

Al mes siguiente, su padre achacó la decisión a «ineficiencia en el desempeño de sus funciones», aunque otros vieron en su cese un complot militar para obligar al comandante a dejar el poder mediante un supuesto escándalo en el que estaba involucrado su vástago.

Su hermanastra Alina Fernández declaró desde el exilio en 1993 que Castro Díaz-Balart estaba supuestamente involucrado en la desaparición de 6 millones de dólares del presupuesto de la central nuclear.

Después de siete años de ostracismo, regresó a la luz pública en 1999 para ocupar un cargo de asesor en el Ministerio de la Industria Básica y dedicarse a la divulgación científica como físico nuclear.

También fue catedrático del Instituto Superior de Ciencias Avanzadas y Tecnología de La Habana y asesor del Consejo de Estado para la Ciencia, la Tecnología y el Medio Ambiente.

Realizó habituales visitas a España y en junio de 2007 emprendió una gira por Turquía, Egipto, Yemen, Qatar y Siria para impulsar la cooperación científica bilateral.

En octubre de 2015 viajó a Kazajistán, donde visitó centros de desarrollo tecnológico y científico, y China, donde se entrevistó con la viceprimera ministra china Liu Yandong, en ambos casos para impulsar los intercambios científicos.

Un año después, en septiembre de 2106, participó en Moscú en la Conferencia Mundial de la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos (IASP), acto en el que conversó con el primer ministro ruso, Dimitri Mevdédev.

Además, desarrolló una prolífica labor como escritor en el campo de la energía nuclear, con títulos como «Elementos y reflexiones en torno a la Política Científica Nacional» (1985); el ensayo «Nuclear Energy in the national economy of the Republic of Cuba» (1986); «Espacio y tiempo en la filosofía y la física» (1988) y «Energía nuclear y desarrollo» (1990).

También es obra suya «El gran desafío del Tercer Milenio. Energía nuclear: peligro ambiental o solución para el futuro» (1997), en el que ilustró la construcción de la central cubana de Juragua y defendió el uso pacífico de esta energía (también titulado: Energía nuclear: ¿Peligro ambiental o solución para el siglo XXI», 1999).

Otros de sus títulos fueron «Ciencia, innovación y futuro» (2000); «Ciencia, Innovación y Futuro» (2012), en el que profundizó en los retos de la industria en el siglo XXI para usar de modo inteligente y racional sus recursos y «Ciencia para la innovación: experiencia cubana» (2016).

Coordinó asimismo la obra «Cuba. Amanecer del Tercer Milenio» (2002), en el que varios científicos de la isla explican el desarrollo tecnológico de su país en diversos campos.

Como experto internacional participó en planes temáticos de investigación para el Grupo de Investigación de los Reactores de Potencia Cero y el Empleo de los Generadores de Neutrones, ambos en Hungría, y en el Programa de Investigación de los Datos Nucleares, en Rusia.

Era miembro de la Academia de Ciencias de Cuba, de la sociedad Económica Amigos del País, de la Sociedad Cubana de Física, de la Asociación Iberoamericana de Innovación Tecnológica (ALTEC) y de la Sociedad Española para la Historia de la Ciencia y la Tecnología.

En septiembre de 2013 fue investido doctor honoris causa por la Universidad Estatal de Moscú, en la que se especializó en Física Nuclear, con un nombre falso -José Raúl Fernández- con el fin de garantizar su seguridad.

Al igual que ocurrió con la vida privada de su padre, fallecido el 25 de noviembre de 2016, tampoco se conocen muchos datos de la suya.

Estuvo casado en primeras nupcias con la rusa Natasha Smirnova, con la que tuvo tres hijos, todos los cuales estudiaron en España: Mirta María, FidelAntonio y José Raúl.

Tras divorciarse de Smirnova contrajo matrimonio con la cubana María Victoria Barreiro, hija del general de la Seguridad del Estado Luis Barreiro.