SANTO DOMINGO.– El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), dijo que la sociedad dominicana no sale de la indignación tras los hechos violentos que se produjo el fin de semana, debido a la expresión brutal que significó el asesinato de varias personas.
«Esta violencia sin control contra las mujeres y las diferentes formas de violencia que surgen de la convivencia interpersonal o convivencial en todas la áreas sociales, nos indican que existen muchos problemas sociales y estructurales que ameritan la atención urgente de todos los sectores nacionales, tanto públicos como privados», expresó Servio Tulio Castaños Guzmán.
Sostuvo que debe de haber nuevas formas de respuesta social que iluminen la conciencia social en el sentido de que esta violencia debe ser enfrentada desde cada espacio, territorio o sector, «porque nadie puede considerarse al margen de ella o creerse por encima de sus garras».
Agregó que es urgente que en el país se produzca un esfuerzo concertado para que se coordinen y profundicen las políticas públicas que han sido definidas en los últimos años, al igual que los esfuerzos e iniciativas institucionales que se han diseñado.
«La cohesión interinstitucional que debe producirse debe reflejarse en una mejoría de los procesos de diseño, ejecución y sostenimiento de políticas públicas coordinadas, responsables y exitosas, que respondan adecuadamente a nuestra realidad, desde una perspectiva integral y con el compromiso de incrementar los recursos públicos y privados que se requieren».
Dado el alto número de denuncias sobre violencia y muertes de mujeres en situación de vulnerabilidad y desprotección, es imprescindible que se adopten políticas públicas efectivas para asegurar las medidas cautelares que contemplen protocolos de actuación que utilicen intensivamente los avances de la tecnología, para incentivas la prevención y respuesta rápida ante la inminencia de las agresiones.
Indicó que la tecnología debe ser un componente importante en las nuevas políticas de contención y control de la violencia contra las mujeres, que puedan superar las insuficiencias de las simples medidas de alejamiento físico sin control de ningún tipo de autoridad oficial, de forma que se pueda ubicar rápidamente a los potenciales agresores en las situaciones de alto riesgo, como son aquellas donde ya se han producido antecedentes o tentativas de agresión. En el caso de la violencia contra las mujeres es urgente promover iniciativas que mantengan alejados a los agresores de sus potenciales víctimas y que permitan mejorar la calidad de vida de las mujeres agredidas.
La labor coordinada de las diferentes instancias oficiales, desde los órganos policiales, del Ministerio Público, los organismos de asistencia social y de acción rápida, las iniciativas privadas para acoger y apoyar mujeres víctimas, son parte de la solución a corto plazo.
No olvidemos que la violencia social ha trascendido los márgenes de la delincuencia y la criminalidad, y se expresa en el deterioro creciente de las relaciones de convivencia en la vida cotidiana, lo que se ha agravado de forma notable tras el paso de la pandemia y la búsqueda insaciable de nuevos espacios de ocio y placer en todos los sectores sociales
Pese a los valiosos esfuerzos desplegados por las autoridades del Poder Ejecutivo para superar los efectos indeseables de la crisis sanitaria, la violencia social y contra las mujeres de manera específica, se sostienen por tener causas sociales o estructurales múltiples, que solo con políticas de largo plazo serán revertidas.
Sin embargo estos graves problemas deben ser enfrentados con la combinación de diferentes medidas que podrían incluir:
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