REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Mientras la OTAN tramita la solicitud de ingreso de Finlandia y Suecia en la Alianza, las autoridades finlandesas se preparan para afrontar una eventual crisis migratoria instigada por Rusia, similar a la que tuvo lugar en la frontera entre Polonia y Bielorrusia a finales de 2021.
Moscú ha advertido reiteradamente a Finlandia que su ingreso en la OTAN tendría graves consecuencias, por lo que el Gobierno finlandés, que el miércoles entregó oficialmente esa solicitud, teme que el Kremlin pueda recurrir al uso masivo de refugiados para colapsar su sistema de acogida.
Por ello, el Ejecutivo finlandés está preparando con carácter de urgencia una serie de reformas legales que le permitan hacer frente a una eventual crisis migratoria.
Este jueves, el Ministerio de Interior remitió un proyecto de enmienda a la Ley de la Guardia Fronteriza, cuyo objetivo es combatir las «actividades de influencia híbrida» por parte de Moscú, entre ellas el posible envío de miles de solicitantes de asilo a la frontera común, según un comunicado oficial.
Entre otras modificaciones, la enmienda incluye la posibilidad de prohibir temporalmente el derecho a permanecer y circular en áreas próximas a la frontera en circunstancias excepcionales, por ejemplo en caso de afluencia masiva de inmigrantes.
Asimismo, la recepción de solicitudes de asilo podría centralizarse en algunos puntos concretos de la frontera entre Finlandia y Rusia, lo que supondría el cierre del resto de cruces fronterizos a los refugiados.
También se incluye una disposición legal para permitir la construcción de vallas y otro tipo de barreras en la frontera para aumentar la seguridad fronteriza, aunque el Gobierno aún no tomado ninguna decisión al respecto.
Dada la gran extensión de la frontera entre Finlandia y Rusia (1.340 kilómetros), en la práctica sólo se reforzarían las zonas próximas a los pasos fronterizos más utilizados y otras áreas consideradas vulnerables.
«Mediante una legislación clara y los poderes suficientes para que las autoridades actúen de forma preventiva y eficaz en caso de perturbaciones, podemos prepararnos para un ataque híbrido que instrumentalice la inmigración», señaló en el comunicado el Ministerio de Interior.
Aunque de momento no hay indicios de que Rusia esté planeando una respuesta militar al ingreso de Finlandia en la OTAN, sí se han visto ya las primeras represalias comerciales.
El pasado sábado la compañía energética rusa Inter RAO cortó el suministro eléctrico a Finlandia, alegando «problemas de pago», y el gigante ruso Gazprom ha anunciado que suspenderá el trasvase de gas a la finlandesa Gasum este sábado por la negativa de esta a pagar en rublos.