BRASILIA.- La Fiscalía General pidió este lunes a la Corte Suprema que se archiven todas las acusaciones contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, formuladas por una comisión del Senado que investigó la gestión de la pandemia de covid.
La petición de archivo de la Fiscalía se extiende también a otras investigaciones iniciadas por supuestas irregularidades contra algunos ministros del Gobierno, parlamentarios y decenas de personas que participaron en negocios sospechosos relacionados con la gestión de la pandemia, de acuerdo al grupo de senadores.
La comisión parlamentaria investigó durante poco más de seis meses la gestión de la pandemia, que en Brasil ya ha matado a casi 680.000 personas desde febrero de 2020, y concluyó en octubre del año pasado con un durísimo informe en el que formuló gravísimas acusaciones contra el líder de la ultraderecha.
Según el informe, Bolsonaro habría incurrido en nueve delitos: crímenes contra la humanidad, infracción sanitaria, charlatanería médica, incitación al delito, falsificación de documentos, uso irregular de dinero público, prevaricación, epidemia con resultado de muerte y atentados contra la dignidad del cargo.
Hasta ahora, la Corte Suprema ya había rechazado los cargos por prevaricación, relacionados a supuestos fraudes en la negociación de la compra de una vacuna de un laboratorio indio que finalmente no fue adquirida por el Gobierno.
Según ha concluido ahora la Fiscalía General, ninguna de las otras acusaciones procede pues «las convicciones» a las que llegó la comisión parlamentaria se apoyaron en un «incontrastable juicio» de «carácter político» y no pueden ser «trasladadas automáticamente al área jurídica».
El grupo de senadores, de hecho, estuvo dominado por la oposición y eso fue denunciado una y otra vez por Bolsonaro, quien calificó el trabajo de la comisión de «payasada política» y afirmó que su «único objetivo» era afectar su campaña para la reelección en los comicios que se celebrarán en octubre de este año.
Todas las acusaciones se relacionan con la gestión de la pandemia, cuya gravedad es minimizada hasta hoy por el líder ultraderechista, quien, cuando comenzó la crisis sanitaria en el país, llegó a tildar al coronavirus de «gripecita».
Bolsonaro, asimismo, mantuvo una dura campaña contra las vacunas, al punto de que todavía se ufana de no haberse aplicado ninguna, y también abogó contra el uso de mascarillas y todas las medidas de carácter sanitario adoptadas para intentar minimizar el impacto de la pandemia.