Fondeur alerta sobre la violencia de género y los estereotipos que afectan tanto a hombres como a mujeres

La entrevistada señaló que la violencia de género está profundamente vinculada a la construcción de una masculinidad agresiva que debe demostrar su heterosexualidad y poder, lo que, según explicó, mata a los hombres.

SANTO DOMINGO.- La ginecóloga Liliam Fondeur manifestó este lunes que la violencia de género impacta tanto a mujeres como a hombres, especialmente cuando un hombre, por ejemplo, asesina a una mujer y en muchos casos, termina con su propia vida.

“Este tipo de violencia nos afecta a todos”, afirmó la especialista entrevistada en El Despertador, destacando que el sufrimiento generado por los estereotipos no solo daña a las mujeres, sino que también lleva a los hombres a sufrir consecuencias como suicidios o problemas de salud graves.

La entrevistada argumentó que el aprendizaje de la violencia, especialmente en relación con la masculinidad, comienza en la infancia y resaltó la importancia de introducir la educación sobre la equidad de género en las escuelas. Aseguró que enseñar sobre el derecho de todos a vivir una vida plena no tiene nada que ver con cambiar la orientación sexual de los niños, sino con educarlos en el respeto mutuo y la comprensión.

La experta también destacó que los hombres a menudo no aprenden a perder, lo que puede resultar en agresiones hacia los demás y hacia las mujeres, a quienes ven como objetos que les pertenecen. Esta violencia, además de estar asociada a problemas emocionales, tiene un impacto físico sobre la salud masculina, incluyendo trastornos como la hipertensión, la diabetes e incluso infartos, debido a la falta de autocuidado y el miedo a mostrarse vulnerables.

En cuanto a la presión social sobre los hombres para demostrar su heterosexualidad a través de la agresión y la imposición, un fenómeno que puede aislar a muchos hombres y dificultar la creación de relaciones íntimas y saludables. “Los hombres tienen que estar demostrando todo el tiempo que no son homosexuales, como si eso fuera algo negativo”, señaló la entrevistada, sugiriendo que este rechazo de la diversidad sexual puede contribuir a la exacerbación de estereotipos perjudiciales.

El diálogo también se centró en cómo las mujeres han encontrado formas de apoyo entre ellas, como la «terapia del salón de belleza», donde pueden compartir experiencias y brindar consuelo mutuo. En contraposición, a menudo los hombres no tienen un espacio similar para expresar sus emociones o vulnerabilidades. «Nosotras las mujeres tenemos el privilegio de poder llorar, de poder expresar lo que sentimos», dijo la entrevistada, resaltando la diferencia en la manera en que ambos géneros gestionan sus emociones.

Fondeur puso un ejemplo de cómo las mujeres, ante situaciones de ruptura, logran superar el dolor con fuerza y apoyo. “Si Brad Pitt dejó a aquella, y ella sobrevivió, yo también podré sobrevivir”, dijo, destacando la resiliencia femenina frente a las adversidades.

destacó cómo los estereotipos de masculinidad y feminidad siguen siendo reforzados desde una edad temprana, con consecuencias dramáticas tanto para hombres como para mujeres.

La entrevistada señaló que la violencia de género está profundamente vinculada a la construcción de una masculinidad agresiva que debe demostrar su heterosexualidad y poder, lo que, según explicó, mata a los hombres. «Es un tema de salud para ambos géneros. Los hombres están siendo condicionados a ser agresivos, a no mostrar vulnerabilidad, y esto está llevando a graves consecuencias, como la violencia y el suicidio», indicó. Además, enfatizó que la falta de una educación adecuada sobre la equidad de género desde la infancia contribuye a perpetuar estos patrones destructivos.

En la conversación también se discutió el concepto de violencia simbólica, una forma de violencia sutil pero poderosa que está presente en los medios de comunicación, como los comerciales publicitarios. La entrevistada mencionó cómo, incluso en campañas que no están directamente relacionadas con la sexualidad, se utiliza el cuerpo de la mujer como un objeto de deseo para vender productos. «Esto no es subjetivo, es violencia simbólica, y nos está vendiendo la idea de que el cuerpo de la mujer es un objeto», señaló. A su vez, el entrevistador sugirió que podría haber diferentes formas de interpretar la presencia del cuerpo en los comerciales, pero la especialista reafirmó que estos mensajes contribuyen a una visión objetivada de las mujeres.

Otro tema crucial que se abordó fue la presión estética que enfrentan las mujeres, desde la infancia, para cumplir con los estándares de belleza impuestos por la sociedad. La entrevistada explicó que, desde el momento en que nacen, las niñas son educadas para cumplir con un modelo de belleza que las define por su apariencia. «Desde la cuna, las niñas son vestidas con estereotipos de belleza, se les enseñan a ser lindas para agradar a otros, lo que a menudo las lleva a someterse a cirugías plásticas para encajar en esos ideales», explicó. La conversación también hizo referencia a la creciente preocupación por la cirugía estética en el país, que ha llevado a muchas mujeres a someterse a procedimientos de alto riesgo para cumplir con los estándares de belleza socialmente aceptados.

La especialista lamentó la situación, destacando que las mujeres siguen sometiéndose a cirugías plásticas, a veces en clínicas de bajo costo y sin las garantías adecuadas. «Somos un referente internacional por las muertes derivadas de cirugía plástica», afirmó. La presión por mantener una apariencia juvenil y «perfecta» se extiende hasta la menopausia, lo que genera una sensación de que la vida pierde valor una vez que las mujeres dejan de cumplir con los estándares de belleza preestablecidos.

La doctora invitó a reflexionar sobre la necesidad de cuestionar los estereotipos y las normas sociales impuestas, promoviendo una cultura de igualdad, respeto y comprensión para todos.

Concluyó con una reflexión sobre la necesidad de una educación más integral que fomente la aceptación y el respeto por la diversidad de cuerpos y la equidad de género, para evitar que tanto hombres como mujeres sigan sometidos a estas construcciones de género y belleza que los limitan y les causan daño.