Formación política y juventud en la sociedad de la información

A partir de la incesante renovación que en el ámbito del aprendizaje y circulación de conocimientos están produciendo las TIC, en los últimos años han surgido herramientas y enfoques metodológicos que toman en cuenta la horizontalidad y versatilidad de los actuales procesos cognitivos y la inmensa diversidad de fuentes e interacciones a través de las cuales, los jóvenes, sobre todo, acceden a la información, el conocimiento y el entretenimiento.

En este aspecto hay fuentes autorizadas y estudios recientes que ponen énfasis en que en la actualidad las personas construyen entornos personales y sociales de interacción y educación en función de los cuales, la dinámica del aprendizaje y la producción o circulación de conocimientos responde más a la iniciativa individual e inter sujetos, que a la autoridad o referencia de autoridad que caracterizaba los procesos educativos de mi generación.

Más que nunca antes, ahora aprender es descubrir, asombrarse, inquietarse y dejarse llevar por curiosidad metódicamente ordenada. El elemento lúdico ha pasado a ocupar más importancia que en el pasado como factor que enlaza el interés de los y las jóvenes que a través de la tecnología se ponen en contacto con informaciones y propuestas. De ahí que los conceptos metodológicos, enfoques y marcos de cualquier proceso formativo dirigido a la juventud actual, si se pretende que sea masivo y envolvente –y no para iniciados y personas singulares– tendrán que actualizar no sólo la metodología, sino también las concepciones y paradigmas de lo que significa construcción y adquisición de conocimientos.

El énfasis en la aceptación de la diversidad y la actitud de que las certezas alcanzadas en etapas previas son provisionales y sujetas a la constante contrastación así como la perspectiva de que cualquier proceso de conocimiento es relacional e interactivo deberá estar en los fundamentos de cualquier propuesta pedagógica que pretenda ser un aporte cultural relevante.

Estas características, si bien plantean un serio desafío para pensar en la formación política, también representan grandes oportunidades de innovación, no sólo de formas, sino de estrategias y elaboración de paradigmas.