Redacción.- Un sismo de magnitud 7.6 registrado en el norte de Honduras a las 7:42 p.m. de este sábado desencadenó una serie de eventos que pusieron en alerta a toda la región del Caribe, incluyendo la República Dominicana. Aunque la amenaza de tsunami fue descartada horas después, el episodio dejó en evidencia la vulnerabilidad del país ante estos fenómenos y la importancia de estar preparados para enfrentarlos.
La alerta inicial
El Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet) emitió un Aviso Preliminar de tsunami para toda la costa dominicana tras el terremoto, cuyas ondas sísmicas se sintieron en varios países de la región. El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) activó de inmediato su protocolo de emergencia y declaró una Alerta Amarilla, instando a la población costera a evacuar hacia zonas elevadas y evitar las playas.
El general Juan Manuel Méndez García, director del COE, explicó que la medida era preventiva: «La seguridad de la población es nuestra prioridad. Debíamos actuar con rapidez ante la posibilidad de un tsunami». La Armada de la República Dominicana también se movilizó para garantizar la seguridad marítima y costera, mientras las autoridades locales coordinaban la evacuación de residentes y turistas en áreas vulnerables.
La cancelación del aviso
A las 8:46 p.m., tras consultar con el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico y el Centro Nacional de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Indomet canceló el Aviso Preliminar. Los expertos determinaron que la mayor probabilidad de impacto se concentraría en Cuba, Islas Caimán y Honduras, países más cercanos al epicentro del sismo.
Sin embargo, las autoridades advirtieron que las corrientes oceánicas generadas por el tsunami podrían mantenerse activas durante varias horas, representando un riesgo significativo para la seguridad de las personas y las infraestructuras costeras. «Aunque el peligro de un tsunami ha disminuido, las corrientes pueden ser extremadamente peligrosas. Es fundamental evitar el mar y seguir las recomendaciones», explicó Carla Morales, meteoróloga de Indomet.
Recomendaciones y lecciones aprendidas
A pesar de la cancelación del aviso, el COE e Indomet mantuvieron las siguientes recomendaciones:
Este episodio dejó una lección clara: los fenómenos naturales como terremotos y tsunamis son una realidad en la región, y la preparación es clave para minimizar sus impactos. «Este evento nos recuerda la importancia de contar con sistemas de alerta temprana eficientes y una población informada y preparada», señaló el general Méndez García.
Reflexión final
La rápida respuesta de las autoridades y la colaboración ciudadana demostraron que, aunque el país no sufrió daños mayores esta vez, la amenaza de desastres naturales sigue latente. La experiencia sirve como un llamado a fortalecer los protocolos de emergencia, invertir en infraestructura resiliente y fomentar una cultura de prevención entre la población.
En un mundo donde los fenómenos naturales son cada vez más impredecibles, estar preparados no es una opción, sino una necesidad.
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