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23 Abril 2024

General Lucas García niega desaparición forzada de menor en 1981

El juicio, que comenzó el pasado jueves, pretende esclarecer lo sucedido hace 36 años, tiempo en que la familia del menor continúa sin saber lo ocurrido con el anhelo de obtener una sentencia favorable y acceder a que los culpables les devuelvan los restos de Marco Antonio Molina Theissen que, en ese entonces, tenía 14 años de edad.

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GUATEMALA.- El general retirado Benedicto Lucas García negó hoy ante un tribunal de Guatemala haber participado en la desaparición forzada del menor Marco Antonio Molina Theissen en 1981, en plena guerra civil del país (1960-1996), así como del secuestro, tortura y violación de su hermana Emma Guadalupe.

En su exposición de más de cuatro horas, Lucas García -quien está acusado de haber cometido los delitos de desaparición forzada, lesa humanidad y violación- negó que la captura de la mujer en 1981 hubiese sido real, pues de haberlo sido «los oficiales de inteligencia me hubieran informado a mí (como jefe de del Estado Mayor del Ejército)».

Además, Lucas García menospreció los documentos presentados por la Fiscalía, a los que le restó importancia.

Lucas García dijo desconocer los pormenores del caso, pues aseguró que había sido procesado en un primer momento por otro caso de desaparición forzada conocido como Creompaz, una zona militar en Cobán (norte del país), donde especialistas forenses encontraron 565 osamentas correspondientes a supuestas víctimas del Ejército de diferentes poblados.

«De haber sabido de Marco Antonio, se lo comunico al Ministro de la Defensa (Luis René Mendoza Palomo, prófugo) y se hubiese comenzado una investigación interna», mencionó Lucas García, hermano del expresidente derrocado Romeo Lucas García (1978-1982).

El juicio, que comenzó el pasado jueves, pretende esclarecer lo sucedido hace 36 años, tiempo en que la familia del menor continúa sin saber lo ocurrido con el anhelo de obtener una sentencia favorable y acceder a que los culpables les devuelvan los restos de Marco Antonio Molina Theissen que, en ese entonces, tenía 14 años de edad.

Los militares retirados fueron arrestados en enero de 2016 por la captura, tortura y violación de Emma Guadalupe, el 27 de septiembre de 1981 cuando se dirigía de Quetzaltenango a la capital.

Según las pesquisas, la mujer -apresada por llevar consigo propaganda de la insurgencia- fue llevada a la base militar de ese departamento donde fue torturada y violada, pero logró escaparse de ese cuartel nueve días después, aunque en represalia por su fuga, los militares secuestraron en la capital el 6 de octubre de 1981 a su hermano Marco Antonio.

Frente al presidente del Tribunal de Mayor Riesgo C, Pablo Xitimul, Benedicto Lucas García afirmó haber tenido a su cargo la contrainsurgencia, con el que dijo haber enseñado a los secretarios de inteligencia (S2) «a llevar el archivo, pues el especialista debía buscar información para ser trasladada a los frentes de batalla».

La Fiscalía le cuestionó al exjefe del Estado Mayor acerca del uso del Manual de Inteligencia de Combate, a lo que respondió que éste no fue aplicado contra la guerrilla, sino que era un instrumento «para guerras regulares».

Los planes militares «se hicieron después de mi período (1981-1982)», mencionó y añadió que eran documentos «burocráticos», además de insistir que para 1981 «ya no haba guerrilla», pues lo que había «era terrorismo».

Acerca de los cuestionarios, que en la mayoría de los casos incluían sesiones de tortura y violaciones, Lucas García expuso que «los prisioneros de guerra son la mejor fuente de información», pero negó que Emma Guadalupe fuese tal.

«Si capturaron a la señora fue la Policía Nacional o alguien más y la llevaron a un lugar donde… pero no creo que la hayan capturado porque aquí se miran muchas falsedades», detalló el general.

Lucas García mencionó que la figura del enemigo interno «no existe ni existirá ahora», pese a que se encuentra definida en planes operativos militares entre 1980 y 1989 que han sido desclasificados por el Ejército para el uso judicial en diversos procesos.

«¿Quiénes son los enemigos internos? Hay enemigos que son las guerrillas, repartidos en varias partes del país. Antes había una guerrilla urbana quienes eran valerosos y había que admirarlos, pero murieron todos», reflexionó.

Además, aseguró que no tiene enemigos y que respeta «las ideas diversas» y se quejó de que si guerrilleros y militares se hubiesen dado «un abrazo» hubiesen «luchado para salir adelante», pero en cambio se mantienen «estos pleitos (jurídicos) que no nos traen cuenta de nada». 

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