El Banco Central pausó la secuencia de reducciones de su tasa de política monetaria, dejándola en 7.75% anual, cuatro días después que la Reserva Federal aumentó de 5.25% a 5.5% la suya, llevando el interés bancario en Estados Unidos a su nivel más alto en los últimos 22 años.
La prudente medida local es cónsona con los objetivos de las autoridades monetarias de mantener la inflación, como hasta ahora, dentro del rango de 4%, o entre 3% y 5%, para los próximos 18 meses. Las medidas gubernamentales han logrado tímidos aumentos de las ventas y dinamización de la economía. Las incertidumbres internacionales son de una magnitud que el aplomo y discernimiento son imprescindibles para preservar la estabilidad y crecimiento del país.
Esto es algo que los mercados, y también los votantes, intuyen y aprecian, especialmente cuando la oposición manifiesta públicamente su glotonería presupuestaria ante las reservas en pesos y dólares que las autoridades han logrado llevar a su mayor cantidad de nuestra historia. La confianza internacional en el futuro dominicano sería seriamente afectada si los glotones echan mano a esos cuartos. Peor aún, todos sufriremos lo indecible.