Gobierno de Brasil rechaza "presión" para la dimisión del presidente de Petrobras

El ministro de la Presidencia de Brasil, Eliseu Padilha, afirmó hoy que el Gobierno "ni analizará" una posible dimisión del presidente de Petrobras, Pedro Parente, exigida por sindicatos que convocaron a una huelga para esta semana.

BRASIL.- El ministro de la Presidencia de Brasil, Eliseu Padilha, afirmó hoy que el Gobierno «ni analizará» una posible dimisión del presidente de Petrobras, Pedro Parente, exigida por sindicatos que convocaron a una huelga para esta semana.

«No podemos aceptar, y ni se analizará, cualquier presión para la destitución de Pedro Parente», quien está «literalmente afinado con la intención del presidente Michel Temer de hacer de Petrobras, de nuevo, una de las mayores petroleras del mundo», dijo Padilha en rueda de prensa.

La renuncia de Parente ha sido reclamada por la Federación Única de los Petroleros (FUP), que agrupa a la mayoría de los sindicatos de empleados de las petroleras, y que ha convocado a una huelga de tres días a partir del próximo miércoles.

La protesta será también en respaldo a los movimientos camioneros que están en huelga desde hace una semana y en solidaridad con sus presiones para que la estatal Petrobras reduzca los precios de los combustibles, que se han disparado con las turbulencias en los mercados internacionales de crudo.

Según Padilha, Petrobras comienza a salir de una profunda crisis causada entre otros factores por los escándalos de corrupción que la han tenido como eje y esa recuperación se debe fundamentalmente a la gestión iniciada por Parente.

«Petrobras era la empresa más endeudada del mundo. Buscamos a la persona ideal para acabar con esa situación y la elección no podía haber sido mejor», ya que la dirección de la firma ha «saneado sus cuentas» y «remediado» sus finanzas, declaró el ministro.

El propio Parente negó hoy su renuncia y lo hizo tácitamente en una carta que dirigió a los trabajadores petroleros, a los que instó a impedir una huelga en momentos en que el país aún intenta superar la crítica situación generada por el paro petrolero.

En su opinión, una huelga petrolera ahora «sería un retroceso, pues elevaría el endeudamiento (de Petrobras), lo que perjudicaría a los consumidores, a la propia empresa y, en última instancia, a la sociedad brasileña».